REDACCIÓN. El dolor de pecho es una de las principales causas de visitas al médico en adultos.
Por suerte, existen muchos factores que ayudan a que los médicos para poder identificar el problema causante del dolor.
A continuación las causas comunes del dolor de pecho y sus síntomas.
¿Qué es?
La gran mayoría de personas saben de la gravedad que puede acarrear un súbito dolor en el pecho, lo cual es síntoma de alarma inmediata en la mayoría de casos. Por suerte, no implica necesariamente una patología grave que necesite de intervención médica inmediata.
Existe un gran rango de problemas de salud que pueden causar el malestar. Esto ocurre porque gracias a las venas que se tienen en la zona, como el nervio vago, el intercostal, el simpático o el frénico. El dolor se extiende rápidamente por toda la zona, dificultando que se sepa exactamente la causa del mal.
Puede originarse en distintas estructuras como:
- El corazón
- Las costillas
- La piel
- Los nervios intercostales
- La pleura
- El esófago
- El diafragma
- Las vértebras torácicas
Gracias a las características personales e historia clínica, el médico puede orientarse con relativa seguridad para establecer un diagnóstico inicial. Esto, sumado al análisis de las peculiaridades del dolor del paciente, hace que se puedan descartar o confirmar enfermedades graves que causen el dolor.
Este análisis inicial de las particularidades del malestar de pecho y de sus síntomas acompañantes es un paso de vital importancia para el tratamiento de los padecimientos y debe realizarse lo antes posible para poder determinar si el paciente se encuentra en peligro inmediato.
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Síntomas
Las señales varían mucho, dependiendo de la causa del dolor de pecho, de manera que lo mejor es que haya una explicación detallada junto a los causantes. A pesar de esto, existen ciertos síntomas generales que avisan sobre problemas serios que requieren atención médica inmediata.
Los indicios más preocupantes cuando se sufre de dolores de pecho son aquellos relacionados con la angina de pecho o el infarto de miocardio y son motivo de alarma cuando se presentan juntos en el mismo cuadro médico:
- Dolor sordo o sensación de compresión en el pecho
- Malestar en el cuello, mandíbula, espalda o brazos
- Nauseas, fatiga, sudoración y falta de aliento
En caso de estar experimentando estos signos y que duren más de 15 minutos, lo más responsable es contactar con el servicio de emergencias médicas inmediata.
Causas posibles (no relacionadas con la salud del corazón)
Por suerte, las razones más frecuentes no están relacionadas con problemas cardíacos.
1. Gastrointestinales
Aquellas que están relacionadas con el aparato digestivo, especialmente el esófago o la vesícula biliar. Este tipo de dolores suelen ir acompañados de reflujo gástrico, que deja mal sabor en la boca, y empeoran cerca de las comidas o al reposar tumbados.
2. Respiratorias
Habitualmente causadas por infecciones, las inflamaciones de los pulmones o de la pleura, la membrana que los rodea, pueden causar malestar en el pecho. Entran enfermedades como la neumonía, la pleuritis o incluso problemas de hiperventilación. Especialmente aquellas causadas por infecciones pueden ser fácilmente detectadas por rayos X y suelen ir acompañadas de mocos u otros síntomas acompañantes que las hacen de más fácil detección.
3. Musculares o esqueletales
Un motivo muy común, especialmente en jóvenes adultos. Traumatismos e inflamaciones de la zona del pecho naturalmente causan dolor y son motivo de alarma.
Para ejemplificar, la costocondritis es una hinchazón de la articulación entre el esternón y las costillas. El malestar de pecho incrementa en este caso cuando se respira profundamente, en reposo o al momento de toser o estornudar. Suele mejorar tras un par de semanas bajo tratamiento antiinflamatorio.
4. Emocionales
La ansiedad y los ataques de pánico pueden provocar intensos dolores de pecho. El malestar suele manifestarse durante el ataque y puede venir acompañado de fuertes palpitaciones, sudoración, falta de aliento y mareos. Suele resolverse en unos 20 minutos y puede verse aliviadas con tratamiento psiquiátrico (terapia hablada, medicación…).
5. Infecciosas
Además de las infecciones respiratorias, existen otros padecimientos de este tipo que pueden causar dolor, como el herpes zoster (conocido también como culebrilla). En este caso, la piel del afectado presentará una erupción típica indicativa de la enfermedad.
Causas posibles (relacionadas con el corazón)
1. Angina de pecho
Suele ir ligada a padecimientos coronarios, ya que el mal aparece por una reducción del flujo sanguíneo al corazón. Cabe mencionar que los síntomas más habituales descritos para la angina de pecho están basados en cómo los padecen los hombres, pero actualmente se sabe que en mujeres los síntomas de la angina de pecho pueden variar.
2. Pericarditis
Cuando existe una inflamación del pericardio, el tejido que envuelve al corazón. Puede estar causada por infecciones y el dolor empeora al respirar profundamente o tumbarse, pudiendo presentar radiación de malestar hacia el brazo izquierdo. Diagnosticable mediante electrocardiograma.
4. Disección aórtica
Raras veces, una ruptura de la pared aórtica puede ocurrir, causando consecuencias catastróficas para el organismo, como el sangrado interno. Afecta habitualmente a hombres mayores de 40 años con tendencia a la hipertensión.
5. Infarto de miocardio
Presenta síntomas muy similares a los de la angina de pecho, malestares compresivos, irradiación del dolor hacia el cuello, la espalda y/o el brazo izquierdo. El mal se acrecenta en reposo y no mejora con nitroglicerina. Ocurre cuando el miocardio, el tejido muscular del corazón que se encarga de realizar la función de bombeo, deja de recibir sangre. Representaría el “ataque al corazón” clásico y absolutamente requiere de atención médica inmediata.
Estas no son todas las posibles causas del dolor torácico, pero sirve para ejemplificar la gran variedad de razones por las cuales se puede sufrir dolor de pecho.
Los malestares presentan un peligro mayor para aquellas personas en situación de riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. La edad, el sexo, hábitos alimenticios y vitales (como fumar), o la historia médica propia y familiar le dará información a los médicos, que avisarán en caso de necesitar monitorizar la actividad cardíaca según el riesgo.