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viernes, noviembre 22, 2024

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LEMPIRA, HONDURAS. Cuando la tormenta tropical Iota tocó suelo hondureño, los pronósticos acerca de su impacto no eran tan alarmantes, pues, después de Eta, el huracán antecesor, se pensó que nada podía ser peor.

Pero, con el pasar de los días, el fenómeno natural fue cobrando más fuerza hasta convertirse en otro huracán que no solo causaría estragos a todo su paso, sino que cobraría la vida de muchas personas.

Entre las víctimas del vigoroso fenómeno estaban integrantes de la familia Campos, un núcleo de humildes catrachos radicados en la comunidad de San Manuel de Colohete, Lempira.

La fuerte tormenta en la zona provocó que los Campos se refugiaran, sin otra alternativa aparente en su humilde morada, pero la madre naturaleza no se apiadaría.

Fue justamente hace un año, un 18 de noviembre, cuando la localidad se rindió ante una de sus mayores calamidades, sino, la peor.

Derrumbe

La cantidad de lluvia -que no cedía con las horas- llevó a que la tierra en la altitud no soportara más y se generó un derrumbe.

Una de las dos casas «devoradas» era la de los Campos. Los vecinos llegaron al lugar temiendo lo peor, por lo que se avisó a las autoridades de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) para que ejecutaran trabajos de posible rescate. Y sí, el escenario fatídico se confirmó. Un corto tiempo más tarde, uno a uno fueron encontrados los cuerpos inertes de la ahora desintegrada familia Campos.

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Los relatos indican que la escena fue dolorosa al ver cómo los rescatistas movían escombros, quitaban rocas y aparecía un cadáver, después otro y así sucesivamente.

Al final se contabilizó que fueron ocho miembros de la familia que fallecieron en el derrumbe.

Las víctimas fueron identificadas como Reina Campos, Yoselin Campos, Scarleth Campos, Salvador Vásquez, María López, Alicia López, Fernando López y Ángel López.

hermanos huérfanos Iota
En el derrumbe murieron un total de ocho personas.

Dos niños, un verdadero milagro

Pese a lo desgarrador del incidente, cuya devastación era palpable en la comunidad, los rescatistas advertían que no habían podido encontrar a dos niños.

Sus cuerpos no aparecían, pero la esperanza de que aún tuvieran vida era considerada prácticamente imposible y todos creían que su suerte había sido la misma que el resto de sus familiares.

Aun así, cada una de las personas presentes empezó buscar a los menores de edad, los más pequeños de la familia Campos. Contra todo pronóstico, los menores fueron hallados vivos y, para sumarle a la sorpresa, solo tenían unas leves heridas.

Los dos hermanitos fueron llevados a diferentes centros hospitalarios para recibir atención especializada después del trauma. Uno de los niños se  llevó al Hospital Juan Manuel Gálvez, en Gracias Lempira.
Mientras que su hermanita, de solo 15 meses de edad, fue trasladada al Materno Infantil en la capital del país.

Ambos se lograron recuperar de sus heridas, pero no habían salido vivos de aquella inolvidable situación sin pérdidas.

Huérfanos por Iota

Sus seres queridos no sobrevivieron al derrumbe, por lo que los dos hermanos quedaron huérfanos.

Ante tal situación, las autoridades locales decidieron que ambos pasarían a estar bajo la tutela de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (Dinaf).

El director del Dinaf en la zona occidental, Servio Tulio Chávez, expresó que una vez se hizo público que los niños estaban en poder de dicha institución, empezaron a llegar varias solicitudes de personas preguntando por ellos.

A muchos hondureños se les conmovió el corazón al ver que dos niños podrían quedar solos el resto de su vida debido al imponente huracán Iota. La noticia se hizo viral.

El Dinaf recibió un sinfín de solicitudes de parte de ciudadanos que querían darles un hogar y una vida digna.

«Hubo mucha gente que llamaba por el tema de la adopción de los niño», manifestó Chávez a Diario Tiempo.

El entrevistado apuntó que la adopción en el país suele requerir un proceso muy extenso, lo que dificultaba esa posibilidad para ellos.

¿Qué pasó con los niños?

Chávez le reveló a este medio de comunicación que solo unos meses después de que los hermanos quedaran huérfanos, al Dinaf se presentó un tío de los menores, quien solicitaba que le dieran la patria potestad de ambos pequeños.

Ante la solicitud, las autoridades del ente realizaron todas las investigaciones pertinentes para corroborar que él podría ser un buen tutor para los niños.

hermanos huérfanos Iota
Los huracanes Eta e Iota provocaron muchos estragos en todo Honduras.

Luego de varias semanas con el caso, el 3 de marzo del año en curso, al tío se les entregó a los dos hermanos. No obstante, Chávez garantizó que el Dinaf los visita seguido para cerciorarse de una adecuada reintegración a la sociedad de los pequeños. Incluso, detalló que la próxima semana es la siguiente cita que tienen con ellos.

Aunque lo que los inocentes infantes vivieron es más que representativo del negro episodio que constituye Iota para la historia reciente de Honduras, también saca a relucir las capacidades de resiliencia y el amor para el prójimo en los tiempos más difíciles.


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