REDACCIÓN.- Uno de los más grandes problemas de los adultos es creer que lo saben todo o que todo lo que hacen es de la forma correcta, pero nunca te has preguntado qué pasa si presionas a los niños.
Esta situación se potencializa cuando se convierten en padres, pues quieren que los niños hagan las cosas a su ritmo y gusto. Ante esta situación, los pedagogos han coincidido en algo: los niños pequeños viven en el presente y no hay más.
Los menores deben ir a su propio ritmo y disfrutar de sus procesos emocionales, incluso al momento de hablar de responsabilidades. Por ello, los especialistas destacan frecuentemente cinco razones para no presionarlos:
Solo se estresarán
A diferencia de los adultos, los niños aprenden a organizarse mejor cuando sólo tienen metas a corto plazo y cuando no son presionados. El hecho de inculcarles que el mundo es caótico todo el rato, solo entorpecerá su manera de pensar y les generará estrés.
Tendrán dificultad para establecer prioridades
Incluso si el niño está pasando por un momento difícil, puede que lo aplace o lo reprima para atender “todo lo que es urgente para los demás”. Eso no sólo le causará frustración, sino que crecerá con la sensación de que sus necesidades de cuidado no importan porque “debe anteponer el tiempo ajeno”.
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Le inculcas cualidades “forzadas”
Es decir, no puedes pedir a un niño que se dé prisa en ponerse los tenis, cuando quizás, todavía tiene dificultades para abrocharse los cordones. Siempre debes preguntarte si estás actuando conforme a su edad.
Le dificultas la independencia
Un poco relacionado al punto anterior, es que muchos padres quieren “ganar tiempo” haciendo cosas por sus hijos. Por ejemplo: poniéndole los zapatos tú en lugar de esperarlo porque “hay prisa”.
Con el tiempo el niño se acostumbrará a ello, así que no esperes que aprenda cosas sencillas por sí mismo si estás haciéndolas por él constantemente.
De paso, tú también te volverás “ansiosa”
Si estás apurando a tu hijo todo el tiempo, te acostumbrarás a darte una carga mental extra. Será algo pésimo para el estado de ánimo de ambos.
Aligera la carga mental y piensa en que hay más soluciones para alguien que “llega un poco tarde”, al menos las hay más en esos casos, que en las personas que viven en constante estrés por estar a tiempo.
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