REDACCIÓN. El método Halliwick, creado en 1950, es una forma de aprendizaje mediante terapia acuática que trabaja la postura, el control del movimiento corporal, la respiración, el equilibrio y la regulación de los movimientos anormales. Es utilizado de forma principal en personas con alguna patología neurológica, como la parálisis cerebral infantil.
El método de Halliwick consiste en un programa de 10 puntos. La terapia acuática o hidroterapia es un procedimiento cuya definición desde el punto de vista etimológico deriva de los términos griegos hydro (agua) y therapeia (curación).
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Inicios del método Halliwick
Fue James McMillan quien creó el método Halliwick en 1950. Inicialmente, su objetivo era enseñar a nadar a niños con discapacidades físicas para darles independencia dentro del agua, como forma de integración social.
Ya para 1952, en vistas de los resultados positivos, fundó una asociación de terapia acuática y en conjunto con médicos cirujanos se desarrolla el Programa de diez puntos o TPP, con el objetivo de la adquisición de una postura estable y un movimiento independiente dentro del agua.
El método Halliwick permite de forma progresiva un ajuste mental, el desarrollo del control motor y el equilibrio. Posteriormente, la independencia en el agua y la consecuente oportunidad de integrarse en programas de natación es una meta ulterior.
Los 10 puntos del método Halliwick
El método Halliwick se basa en 10 puntos u objetivos de aprendizaje que el paciente supera de forma progresiva para conseguir mayor destreza e independencia en el agua.
Punto 1 o ajuste mental
Se trata de la adaptación física y mental de la persona al agua. Su objetivo es ajustarse a la mecánica de los fluidos y lograr control cefálico, del tronco y de la respiración.
Punto 2 o control de la rotación sagital
Es el inicio del ajuste al principio de la flotación, que rota los cuerpos por inercia de un lado al otro. En este caso, se refiere a la rotación hacia los lados al mantener una posición recta.
Se adquiere la capacidad de controlar los movimientos izquierda-derecha en torno al eje anteroposterior del cuerpo.
Punto 3 o control de la rotación transversal
Consiste en aprender a tener control de la rotación en torno al eje transversal del cuerpo, es decir, la rotación mientras se hacen movimientos de flexión o extensión de tronco, rodillas y tobillos en el agua. En estos movimientos se incluye acostarse, ponerse de pie o mecerse en una posición sentada.
Punto 4 o control de la rotación longitudinal
Se refiere a controlar los movimientos en torno al eje longitudinal o vertical del cuerpo, como colocarse de pie luego de estar flotando boca arriba o dar vueltas en el agua al estar flotando.
Punto 5 o control de la rotación combinada
Control de la rotación por combinación de todas las anteriores.
Punto 6 o empuje/inversión mental
En este caso, se inicia el control del equilibrio, en el que se busca adquirir la habilidad de mantener o cambiar la posición en el agua sin perder estabilidad. Se comienza enseñando a flotar y a sumergirse un poco, de manera que la persona entienda que el agua lo sostiene y que no se va a hundir.
Punto 7 o equilibrio
Consiste en tener control postural y lograr mantener una posición estable y relajada, sin movilizarse. Por esto también se conoce como equilibrio en calma. Se debe mantener la posición de forma estable y relajada, sin movimientos compensatorios de brazos o piernas. Al final, habrá adquirido un control postural eficiente y eficaz.
Punto 8 o deslizamiento con turbulencia
En este caso, mientras la persona se mantiene flotando y deslizando de un lado al otro, el terapeuta creará olas en sentido contrario al flujo de agua. Se busca controlar los movimientos no deseados con la cabeza y el tronco.
Punto 9 o progresión simple
Para este momento del programa ya se adquiere finalmente el control del movimiento. Una habilidad que permite llevar a cabo una actividad o nadar libremente. En la progresión simple, la persona flota boca abajo preparándose para nadar.
Hace pequeños movimientos con las manos y los pies deslizándose muy lentamente, preparándose para una propulsión. Aquí ya debe haber control del tronco.
Punto 10 o movimiento básico de Halliwick
Es el paso final y la persona adquiere la habilidad de movilizarse en el agua por sí mismo. Teniendo la fuerza necesaria para empujarse (o propulsarse) con el uso de los brazos en forma de remo. Ya para este punto, la persona está en la capacidad de nadar de forma libre en el agua.
¿Quiénes se benefician de practicar el método Halliwick?
Se ha descrito la utilidad del método en personas con compromiso muscular y esquelético, como lo son los niños con parálisis cerebral infantil, espina bífida, síndrome de Rett o distrofias musculares. Sin embargo, también se benefician pacientes con autismo y síndrome de Down.
En adultos es útil en casos de secuelas de poliomielitis, accidentes cerebrovasculares y en otras afecciones del equilibrio (como lo que sucede en la enfermedad de Parkinson).
¿Cuáles son los resultados de la terapia?
Las sesiones durante 30 a 60 minutos, de preferencia se realizan en grupos, entre 1 a 3 veces a la semana. La posibilidad de realizarla en compañía permite la integración social desde los inicios del programa.
Luego de haber alcanzado los 10 puntos, la persona habrá conseguido mejorar el control de la postura, tener mayor equilibrio y estabilidad, incrementar la fuerza muscular, aumentar el rango de movilidad de las articulaciones y reducir el dolor y la rigidez muscular.
Al final, el método Halliwick es un reaprendizaje motor en el agua y permite a la persona de forma progresiva adquirir confianza en el movimiento independiente. Pero también incrementa la autoestima y la forma en la que se relaciona con los demás.
Fuente: Mejor con Salud.
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