El glioblastoma (GBM) es un tipo de cáncer agresivo que se genera en el cerebro o la médula espinal. Se trata de un tumor de evolución rápida y de mal pronóstico. De entre los distintos tipos de tumor, el glioblastoma es el más frecuente del sistema nervioso/cerebro (54 % del total de los gliomas) y el que más muertes produce.
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La cirugía representa habitualmente el primer paso en el tratamiento para la mayoría de los glioblastomas recién diagnosticados. Después de la cirugía, el tratamiento puede incluir radioterapia y quimioterapia.
Qué es un glioblastoma
“El glioblastoma es un tipo de tumor de crecimiento rápido del sistema nervioso central que se forma a partir del tejido glial (de sostén) del cerebro y la médula espinal, y tiene células cuyo aspecto es muy diferente al de las células normales”, explica Cristina Aranda, responsable del departamento médico de Gebro Pharma.
La incidencia del glioblastoma es de entre 4-5 casos por 100.000 habitantes/año y se puede desarrollar en cualquier momento de la vida, siendo el pico máximo entre los 50 y 60 años.
Por lo general, el glioblastoma se presenta en adultos y afecta más al cerebro que a la médula espinal. También se le denomina glioblastoma multiforme o astrocitoma de grado IV.
Cuáles son los principales síntomas
La existencia del glioma se puede sospechar cuando está presente un cierto número de síntomas, tales como:
- Convulsiones.
- Cambios en la personalidad y en el comportamiento.
- Diversos tipos de problemas neurológicos: problemas de visión, dificultad en el habla, comprensión de lo que se dice, pérdida de fuerza o sensibilidad en una parte del cuerpo, o cambios en la forma de caminar.
- Síntomas asociados con un aumento de la presión en la cabeza: cefalea, náusea, vómito y somnolencia.
- Hemorragia.
- Entre todos ellos, la cefalea es el síntoma inespecífico más frecuente. Sin embargo, en muchas ocasiones, es difícil que su presencia nos haga sospechar de la presencia de un tumor cerebral.
Hay otros síntomas derivados del incremento de la presión intracraneal, como la somnolencia, que pueden ser más indicativos de la presencia de un glioma.
Existen otros signos y síntomas focales (pérdida de fuerza, dificultad para hablar o déficit del campo visual) más específicos y que aparecen dependiendo de la localización de la enfermedad.
Factores de riesgo de su aparición
En la actualidad, no está claro por qué se produce el glioma, y se han identificado muy pocos factores de riesgo. En general, los gliomas son ligeramente más comunes en hombres que en mujeres y se presentan más en individuos de raza blanca que en poblaciones de raza negra.
Como explica Cristina Aranda, los factores de riesgo reconocidos de los gliomas son:
- Radiaciones ionizantes.
- Antecedentes familiares.
- Síndromes genéticos.
- Es importante resaltar que un factor de riesgo aumenta el riesgo de que aparezca un cáncer, pero no es ni necesario ni suficiente por sí solo para provocar cáncer.
“Un factor de riesgo no es una causa en sí mismo. Por lo tanto, tener un factor de riesgo, o incluso varios, no significa siempre que la persona padecerá la enfermedad. Además, algunas personas padecen tumores de cerebro o tumores de médula espinal sin tener ningún factor de riesgo conocido”, puntualiza la responsable del departamento médico de Gebro Pharma.
Los distintos tratamientos para el glioblastoma
Como describe Cristina Aranda, la cirugía es el tratamiento de primera elección para la mayoría de los gliomas recién diagnosticados. De hecho, la extirpación quirúrgica tan amplia como sea posible de forma segura está asociada con mejores resultados, independientemente del subtipo de glioma. Después de la cirugía, el tratamiento difiere según el subtipo del glioma.
El uso de quimioterapia y radioterapia en combinación (simultáneamente o en concomitancia) es el tratamiento estándar después de la cirugía.
Últimas investigaciones para su tratamiento
El Hospital Clínic de Barcelona, el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS) y Laboratorios Gebro Pharma han renovado el convenio de colaboración que firmaron en 2019 para investigar un nuevo abordaje farmacológico basado en la terapia fotodinámica (TFD) para el tratamiento de los gliomas de alto grado.
“La terapia fotodinámica se basa en la combinación de un fármaco fotosensibilizador con una fuente de luz. Esos factores por separados son relativamente inocuos, pero cuando se usan conjuntamente en presencia de oxígeno se generan radicales libres que desencadenan toxicidad celular, daño vascular y estimulación del sistema inmune”, explica la responsable del departamento médico de Gebro Pharma.
“Como las células de glioblastoma, como característica específica, tienden a acumular ciertos compuestos fotosensibilizadores, una de las líneas de investigación para mejorar el tratamiento del glioblastoma es estudiar la posibilidad de aplicar terapia fotodinámica durante la cirugía de los tumores. La hipótesis sería la destrucción de aquellas células cancerosas que durante la cirugía no se han podido eliminar”.
“En base a esta hipótesis, se ha iniciado una línea de investigación experimental que incluirá de forma preliminar tanto modelos in vitro como in vivo que permitirán estudiar el papel de esta terapia en el tratamiento de los gliomas de alto grado”, concluye.
Fuente: Saber Vivir
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