Las pulseras digitales que se utilizan para monitorear la salud podrían ser útiles para detectar el coronavirus antes de que aparezcan los síntomas de la enfermedad, según una reciente investigación llevada adelante por científicos de Reino Unido, Suiza y Liechtenstein. Los hallazgos se publicaron en la revista científica BMJ Open.
Para obtener los biomarcadores individuales, muchos de estos dispositivos miden la temperatura de la piel, la frecuencia cardíaca, la presión arterial y el ritmo respiratorio. Estos valores tomados por los relojes inteligentes, combinados con programas de inteligencia artificial, podrían determinar si una persona contrajo la infección por COVID-19.
Los investigadores del Imperial College de Londres, del Laboratorio Dr. Risch en Liechtenstein, y de la Universidad de Basilea en Suiza buscarondeterminar si los cambios fisiológicos, monitoreados por un rastreador de actividad, podrían usarse para desarrollar un algoritmo automático que detecte la enfermedad antes del comienzo de los síntomas.
Para medir los biomarcadores, utlizaron los datos de usuarios del brazalete AVA, un dispositivo digital rastreador de fertilidad regulado y disponible comercialmente en varios países de Europa y en EEUU, que monitorea la frecuencia respiratoria y cardíaca, la temperatura de la piel de la muñeca y el flujo sanguíneo, así como la cantidad y calidad del sueño.
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Más de mil participantes
El estudio procesó datos de 1.163 participantes (todos menores de 51 años) entre marzo de 2020 y abril de 2021. Los participantes forman parte del estudio GAPP, que comenzó en 2010. Tiene como objetivo comprender mejor el desarrollo de los factores de riesgo cardiovascular en la población de Lichtenstein.
Los investigadores eligieron el brazalete AVA porque sus datos ya se habían utilizado en un algoritmo automático, para detectar los días más fértiles de ovulación de las mujeres en tiempo real, con un 90 % de precisión.
Los participantes usaron el dispositivo durante la la noche, los datos de cada persona se guardaron cada 10 segundos en la pulsera. En total, se registraron 1,5 millones de horas de datos fisiológicos.
Luego, los brazaletes digitales se sincronizaron con una aplicación del teléfono móvil al despertar. Todos se sometieron periódicamente a pruebas rápidas de anticuerpos para SARS-CoV-2. Quienes tuvieron síntomas también se sometieron a una prueba PCR.
Durante el período de estudio, 127 participantes (11%) desarrollaron infección por COVID-19. Entre ellos, 66 voluntarios (52%) habían usado su brazalete durante al menos 29 días antes del inicio de los síntomas. Ellos fueron confirmados como positivos por la prueba de PCR, por lo que fueron incluidos en el análisis final.
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