DE MUJERES. Las visitas regulares al ginecólogo son importantes para todas las mujeres a partir de una determinada edad, tanto para evitar enfermedades ginecológicas como para el diagnóstico temprano de afecciones más graves como el cáncer de mama o el cáncer de cuello uterino, por ejemplo.
Las pruebas ginecológicas no son solo importantes para mujeres embarazadas o para aquellas personas que tienen una vida sexual activa.
Sin embargo, el tipo de pruebas ginecológicas que se practican a las mujeres difieren de manera sustancial en función de la edad. A continuación, las pruebas ginecológicas que debes hacerte de acuerdo con tu rango de edad:
Pruebas ginecológicas entre los 15 y los 20 años
Aunque hasta los 14 años deben acudir al pediatra, la mayoría de niñas empiezan a atravesar su pubertad de los 13 a los 15 años. Es en ese momento cuando empiezan las primeras menstruaciones, y es posible que también las primeras complicaciones en los órganos reproductores.
Pruebas ginecológicas principales
En esta primera visita, el ginecólogo realizará una exploración en busca de alteraciones en el periodo menstrual. Asimismo, tratará de encontrar enfermedades de transmisión sexual (ETS) como el VIH, la gonorrea o la sífilis en analíticas sanguíneas y exudado vaginal (cultivos), en función de los factores de riesgo que pudieran existir o en el caso de presentar síntomas.
Las principales pruebas durante este periodo son una primera exploración general y genital, así como una exploración mamaria, ecografía ginecológica, citología y estudio hormonal, según los signos o síntomas que refiera a la mujer.
Pruebas ginecológicas entre los 20 y los 40 años
A partir de los 20 años, es habitual que se mantenga una vida sexual mucho más activa. Y a pesar de que en las sociedades avanzadas la maternidad se haya pospuesto de manera significativa, en este tramo de edad muchas mujeres se encuentran en búsqueda activa de hijos por primera vez.
Además, se produce el primer contacto con la vida laboral, una circunstancia que provoca estrés y se puede agudizar con el consumo de algunas sustancias tóxicas, como el tabaco o el alcohol. También comienzan las primeras pruebas para la detección precoz del cáncer, según las guías o protocolos que se utilicen, tanto de cuello uterino como mamario.
Por todas estas razones, las visitas al ginecólogo pueden empezar a ser más habituales y exhaustivas, especialmente si la mujer se queda embarazada.
Pruebas ginecológicas principales
En este tramo de edad, se recomienda realizar varias pruebas, como analíticas de sangre o la medición de la tensión arterial. Eso para la detección de la hipertensión arterial o ante factores de riesgo cardiovascular.
También debe ser frecuente el examen pélvico y estudios de imagen (ecografías transvaginales, resonancias magnéticas, etc.) dependiendo de los síntomas que presente la mujer o los hallazgos encontrados durante la exploración.
El profesional también puede solicitar pruebas como la ecografía ginecológica, la citología, la colposcopia y la histeroscopia.
Pruebas ginecológicas entre los 40 y los 50 años
En este grupo de edad, con frecuencia a partir de los 45 años, pueden producirse los primeros cambios en la función ovárica conocidos como tránsito climaterio. También viene la llegada de la conocida menopausia.
Aunque alcanzados los 40, la mayoría de mujeres ya han completado su deseo familiar, existen factores de riesgo para las mujeres que deciden ser madres a partir de esta edad, y requieren unos controles más estrictos.
Asimismo, en mujeres que tengan antecedentes familiares de cáncer de mama u ovario, se aconsejará seguir un estricto control en sus revisiones periódicas.
Pruebas ginecológicas principales
A pesar de que, en esta etapa, muchas mujeres creen que no es necesario visitar al ginecólogo, es igual de importante o más que en las edad anteriores. Si no hay factores de riesgo, las pruebas ginecológicas habituales en mujeres posmenopáusicas se deben completar con una mamografía cada dos años, con el fin de detectar cáncer de mama y otras patologías.
Este tipo de pruebas permiten al especialista anticiparse y hacer una evaluación precoz de los tumores, mejorando el pronóstico de supervivencia y la posibilidad de tratamientos quirúrgicos menos invasivos.
Además, se deben seguir manteniendo los estudios cervicales, idealmente con la realización de citología y determinación de VPH. Así reducir el riesgo de cáncer cervical al menos hasta los 65 años.
El objetivo de los cuidados básicos de salud en este periodo es detectar y evitar síntomas indicativos de alguna patología.
Pruebas ginecológicas a partir de los 60 años
Después de los 60 años podrían espaciarse más en el tiempo las revisiones ginecológicas en función del historial médico personal y familiar. No obstante, seguirá siendo fundamental que acuda al especialista, de acuerdo a los controles que éste le recomiende.
En estas revisiones ginecológicas, se someterá a la mujer madura a una inspección visual de la zona vulvar y vaginal, y también a otras pruebas rutinarias, diferenciando dos aspectos: prevención y cuidados de la salud.
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