Honduras.- El presidente del Programa Nacional de Desarrollo Agroalimentario (PROGRANO), Dulio Medina, advirtió que, debido a la sequía que se proyecta, se pronostica una caída de hasta un 50% en la siguiente cosecha.
Además, advirtió que el problema también se dene a que únicamente los productores que cuentan con un sistema de riego han iniciado el proceso de siembra.
Medina explicó que el abstencionismo en el sector productor causa bastantes problemas, lo que compromete y genera grandes preocupaciones ante los pronóstico de sequía.
«Lo que más nos preocupa, según lo que anuncia meteorología de Cenaos y Copeco, es que vamos a tener un invierno sumamente corto«, expresó Medina en entrevista con Radio América.
En tal sentido, agregó que no contarán con el tiempo suficiente para sacar el ciclo del maíz. Esto debido a que este grano demanda alrededor de 120 días de agua, y el frijol requiere al menos 90 días.
Por otra parte, el titular de PROGRANO lamentó que no exista una figura que responda como respaldo para el lanzamiento de una campaña masiva sobre proyectos de riego a nivel nacional.
Asimismo, señaló que las organizaciones representativas de granos básicos se encuentran preocupadas por los compromisos económicos con la banca estatal y privada, así como la oferta para la población en granos.
“Esto -el frijol y el maíz- podría caer como sucedió con el arroz el año pasado en un 50 por ciento”, lamentó Medina.
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Pronostican intensa canícula que amenaza la cosecha de granos básicos
La canícula que se avecina este año amenaza seriamente con provocar una sequía extrema que podría poner en riesgo los cultivos de granos básicos en gran parte del territorio nacional, según informado el Comité Permanente de Contingencias (COPECO).
Según Juan Reyes, jefe del sistema de alerta de Copeco, para 2023 la canícula (periodo más caluroso del año), iniciará más temprano de lo habitual, a mediados de julio, y podría extenderse durante más de un mes. Es decir, que en julio y agosto a Honduras le espera una severa sequía que amenazará su seguridad alimentaria.
La canícula podría ser el evento climático más intenso registrado en los últimos dos años. Y no solo afectará a municipios del denominado Corredor Seco, sino que podría extenderse a algunas zonas de Atlántida y Colón.