Cortés, Honduras.- Ayer por la noche arrancaron los operativos para controlar la contaminación sónica en diferentes bares, discotecas y restaurantes de la ciudad de San Pedro Sula.
Según se conoció, las autoridades verificaron los niveles de ruido, utilizando un aparato llamado sonómetro, tal como se había dicho en una conferencia de prensa.
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El comisario Dagoberto Carrazco, subinspector de la Policía Municipal, declaró a Diario TIEMPO que iniciaron estos operativos en el sector de Jardines del Valle. Posteriormente, se trasladaron a Guamilito y Río de Piedras.
«Se visitaron 15 bares, discotecas y restaurantes, donde se entrevistó con los administradores, en otros casos con los propietarios», explicó.
El oficial señaló que la mayoría de los establecimientos ya tenía conocimiento de los operativos que se iban a realizar.
Además, precisó que los negocios tenían el sonido aceptable, que es un máximo hasta de 85 decibeles en su interior y 70 en la parte de afuera.
«Andaban en el rango contemplado. En algunos casos llegó a 90-95, los que tenían bandas o grupos en vivo, pero se les orientó y se les explicó el uso del sonómetro y a la vez, el tipo de sanciones que corresponden», añadió.
Carrazco dijo que la noche de ayer, viernes, las medidas eran sobre que todo para sociabilizar con la población las medidas que tienen previsto implementar.
«Los propietarios incluso tiene una app que bajaron en sus aparatos telefónicos que se asemeja al que está certificado. Entonces, ellos manejan los rangos establecidos, ya están con el conocimiento«, añadió.
¿Qué es un sonómetro?
Este instrumento sirve para medir los niveles de presión sonora. Es decir, mide el nivel de ruido de un determinado lugar en un momento dado. La unidad con la que trabaja es el decibelio.
Multas
La Municipalidad de San Pedro Sula compartió, además, un cuadro que detalla la estructuración de las multas que se aplicarán a los infractores. Estas van desde los 2,000 a los 8,000 lempiras.
Pero además de las multas a los negocios infractores, se les limitará poder desarrollar sus actividades hasta que se solucione su problema y, en el caso más extremo, se procederá a decomisarles el equipo que estén utilizando.