DE MUJERES. En ocasiones cometemos el error de pensar que el alcoholismo es una realidad muy alejada de nuestros hijos y por la que no hay que preocuparse. Consideramos que es una problemática propia de hombres mayores, de bajo nivel socioeconómico o con familias desestructuradas. Sin embargo, todos somos susceptibles de caer en esta adicción y los jóvenes presentan un riesgo aumentado.
Por esto queremos contarte cómo prevenir el alcoholismo en tus hijos adolescentes.
¿Qué debes hacer?
Cuando hablamos de prevención del alcoholismo en jóvenes solemos pensar que es suficiente con prohibir, recalcar lo perjudicial del consumo y regañar o castigar al adolescente si lo descubrimos bebiendo. Sin embargo, si queremos que nuestra labor surta efecto, debemos abordarla como una tarea más profunda y que aporte significado.
Potencia el pensamiento crítico
Este es un aspecto en el que debemos trabajar desde la infancia, para que al llegar la adolescencia esté bien asentado y ayude al joven a tomar buenas decisiones.
El pensamiento crítico es la capacidad para desarrollar una opinión propia respecto a diferentes situaciones, analizando todos los prismas y sin dejarse llevar por las apariencias o la corriente mayoritaria.
Es fundamental que tu hijo tenga bien desarrollada esta capacidad para poder optar por la abstinencia, incluso en una época y en un entorno en el que el consumo de alcohol está normalizado y es glorificado por sus iguales.
Dale importancia a su voz. De este modo crecerá siendo fiel a sus propios valores. Esto es mucho más potente que la simple obediencia.
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Refuerza la autoestima y la asertividad
Para hacer frente a la mencionada presión social, el adolescente debe estar armado con una sólida autoestima. En una etapa en la que la aprobación externa es tan crucial y encajar en el grupo el mayor objetivo, se requiere valentía para decir “no”.
Por esto es importante que tu hijo tenga confianza en sí mismo y recuerde que su valor como persona no depende de agradar a otros. También es positivo que cuente con unas buenas habilidades sociales. De este modo, no necesitará del alcohol para desinhibirse.
Trabaja la educación emocional
En muchas ocasiones, los adolescentes encuentran en el alcohol una vía de escape para lidiar con emociones intensas y dolorosas que no saben cómo gestionar. Por esto, si cuentan con otras herramientas más apropiadas, no tendrán que hacerlo.
La educación emocional se trabaja desde la infancia, enseñando a los niños a identificar lo que sienten en cada momento, a expresarlo apropiadamente y a canalizarlo mediante ejercicios como la respiración, el deporte o una conversación sincera. Sin embargo, si sientes que durante la infancia de tus hijos no pusiste suficiente énfasis en este aspecto, nunca es tarde para empezar.
Cuida el entorno y las alternativas de ocio
Las amistades de los adolescentes tienen un gran efecto en sus decisiones y en su forma de vida. Por esto es necesario procurar que el joven cuente con relaciones de amistad sanas, enriquecedoras y alineadas con unos mismos valores positivos.
No siempre podemos controlar con quién pasa el tiempo nuestro hijo, pero sí podemos tomar algunas medidas. Por ejemplo, al invitarlos a reunirse en casa tendremos la oportunidad de conocer a sus amigos y les daremos un espacio seguro en el que compartir.
Comunica los riesgos y las consecuencias
Este es un paso fundamental para prevenir el alcoholismo en tus hijos adolescentes: hablar con ellos acerca de los riesgos y las consecuencias. Más que sentarte a darles una charla un día concreto, aprovecha las oportunidades que se presentan en lo cotidiano o los momentos en que ellos muestren interés por hablar del tema.
Explícales que beber a una edad tan temprana puede causar daños cerebrales importantes, afectar al crecimiento, aumentar el riesgo de trastornos mentales y hacerles vulnerables a peligros como el contagio de enfermedades de transmisión sexual (ETS) o accidentes. Además, se exponen a un mayor riesgo de desarrollar adicción al alcohol.
Da ejemplo y sé coherente
Este es, en muchos casos, el paso más complicado. Sabemos que el consumo de alcohol está normalizado y que es el centro de todas nuestras fiestas y reuniones sociales.
Los niños y los adolescentes crecen viendo a sus padres, tíos y abuelos consumir alcohol. Sin embargo, reciben el mensaje de que ellos no pueden hacerlo.
Los daños son mucho mayores si se bebe durante la adolescencia, pero es importante que los adultos cercanos (en especial los padres) den ejemplo. Si no evitando beber delante de sus hijos, al menos haciéndolo con moderación y mesura.
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