Sabemos que la rutina te arropa y que no tienes tiempo para la mente, sin embargo debes lograr un momento para ti y diez minutos al día es una fracción de tiempo muy pequeña.
Así que aquí tiene 10 ideas basadas en los hábitos del escritor y empresario Dean Yeong que pueden marcar la diferencia.
Motívate
Dedica 10 minutos de tu tiempo cada mañana a motivarte como es debido. El proceso incluye cuatro pasos: Reforzar tu identidad y el tipo de persona que deseas ser. Reconocer tus logros y agradecer tu buena suerte. Establecer tus metas a corto plazo. Visualizar como será tu día. Este pequeño ritual mejorará tu autoestima, creatividad y productividad por mil. Leer Leer sobre lo que te gusta, apasiona o interesa solo 10 minutos al día mejorará tu vocabulario, compresión lectora y enriquecerá tus argumentos y puntos de vista.
Escribir
Además de servir como vía de escape para expresar tus pensamientos, preocupaciones y éxitos, escribir es sin duda la mejor manera de aprender. Cuando escribimos, debemos meditar lo que buscamos expresar y cuidar la forma en que presentamos el mensaje, para lograr que quien nos lee entienda lo que decimos. Esto nos obliga a ordenar la cabeza, estructurar nuestros pensamientos y analizar las cosas con un espíritu más crítico y realista.
Critícate a ti mismo
Sin duda uno de los ejercicios que más enriquecerá tu personalidad y el respeto hacia los demás. La mayoría de las personas van por la vida seguras de sus ideas, de lo que hacen y piensan, pero por 10 minutos al día, trata de cuestionarte. ¿Y si hubieras podido resolver ese problema mejor, cómo debías de haber actuado, podrías haber dado una respuesta más acertada? Y lo que es más importante, cómo actuarás la próxima vez que se te presente una situación parecida. La autocrítica constructiva es una poderosa herramienta de crecimiento personal.
Respira profundamente
Siempre con prisa, siempre corriendo. Eso no es sano, no es bueno. Dedica 10 minutos al día a respirar profundamente, realizando 20 respiraciones al despertar y otras 20 antes de dormir. El propósito es centrarte en las respiraciones y despejar la mente, para liberarte del estrés y ser más consciente del aquí y ahora.
Toma una ducha de agua fría
Desde que existen los calentadores individuales casi nadie se ducha con agua fría, sin embargo, múltiples estudios indican que la exposición al frío acelera la recuperación física, el rendimiento cognitivo y mayor fortaleza mental.
Realiza un seguimiento de tu actividad
La memoria es frágil y con el tiempo los hechos se entremezclan y cuesta recordar los detalles. Ayúdate llevando un pequeño diario de lo ocurrido, tomando notas de los libros que lees, cazando ideas, apuntando frases y citas que te resulten interesantes?. Esto no solo te permitirá medir tu progreso y llevar un seguimiento de tus actividades y logros, sino que es un excelente manera de potenciar tu motivación.
Sé útil a otra persona
El mundo iría mejor si todos cumpliéramos con este punto. Ayudar a alguien o un colectivo no consiste solo en realizar una aportación económica. Son los pequeños gestos los que marcan la diferencia. Ayuda a los tuyos en sus tareas, encuentra un trabajo de voluntario, recoge los papeles de la calle mientras das un paseo. Hay muchas maneras de ayudar. Encuentra la tuya.
Muévete
Diez minutos de ejercicio no es mucho, pero es mejor que nada y está muy bien para empezar a construir un hábito. Comienza andando, trotando, luego corriendo. Finalmente encuentra una actividad que practicar 2 o 3 veces por semana.
Mente:Programa un objetivo clave para el día siguiente
Una buena planificación es clave si deseas avanzar en tu vida, ya sea en el ámbito personal o profesionalmente. Para ello, dedica unos minutos a establecer tus tareas del día siguiente. De entre todas elige una que consideres clave. Esa será tu primera tarea a completar. Fuente: La voz del muro
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