Honduras. Elementos policiales del comando Tigres se han desplazado hasta el Centro Femenino de Adaptación Social (CEFAS), en Támara, Francisco Morazán, para poder resguardar la zona tras el amotinamiento suscitado ayer y que dejó como saldo 46 víctimas mortales.
Asimismo, familiares de las privadas de libertad permanecen en las afueras del recinto penal, con la esperanza de que les den información sobre las que están vivas. De la misma manera, esperan que identifiquen a las fallecidas que aún están desconocidas.
Patrullas del comando Tigres ingresaron al interior del centro penal, mientras que algunos elementos se quedaron a las afueras para resguardar la seguridad de los presentes.
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Hasta ahora se desconoce por cuánto tiempo permanecerán los elementos del comando Tigres en la zona. Los operativos en CEFAS se mantienen desde ayer, martes, luego de la tragedia. Paramédicos dan asistencia a las reclusas que resultaron afectadas, tanto física, como psicológicamente.
Claman información
Familiares de muchas privadas de libertad siguen a las afueras de CEFAS a la espera de información de sus parientes. Sin embargo, aseguran que hasta esta esta tarde nadie les ha dado ningún tipo de detalles.
«No nos han dicho nada, no tenemos ningún tipo de información. Tan siquiera queremos saber si estamos bien, que están heridas o que las pongan allí y digan que están bien y con eso nos conformamos», suplicó un familiar a HCH.
Asimismo, los familiares comentaron que consultan a los guardias penitenciaros y ellos les responden que no pueden dar información. Es por ello que el clima de zozobra aumenta y desconocen el estado de las reclusas.
«Dicen que van a tirar el listado de un solo, tanto de las muertas como de las vivas. Estamos aquí desde las siete de la mañana y otros desde ayer», comentaron.
Algunas personas han viajado desde el interior del país hasta CEFAS en Támara para poder obtener respuesta sobre la situación de sus familiares.
La cárcel de mujeres se encuentra bajo una intervención total, misma que ordenó ayer la viceministra de Seguridad, Julissa Villanueva, tras el motín.