TEGUCIGALPA, HONDURAS. Tras una ráfaga de balas, hace unos meses, Erickson Valladares perdió una pierna. Él es un policía que estaba asignado a la cuarta estación de policía ubicada en el barrio Belén de la capital.
Fue el 11 de febrero del año en curso que todo cambió para Erickson. Se encontraba de turno y les pidieron apoyo para ir con la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas (FNAMP) en la colonia Alemania de Tegucigalpa.
Llegaron hasta la mencionada colonia, él ingresó a la vivienda a allanar y fue recibido con una ráfaga de balas. Contó que debido a que el arma era de grueso calibre «me destrozó toda la pierna izquierda».
Tras recibir los impactos de bala, lo trasladaron hasta el Hospital Militar. Durante dos meses, Valladares estuvo interno en ese centro asistencial luchando por recuperar su pierna.
«Lastimosamente, me dijeron que la mejor opción era amputar la pierna. Tras la amputación he estado luchando y esperando optar por una prótesis», contó el agente policial.
Manifestó que perder una de las extremidades no es nada fácil, pero es imposible asimilarlo. También reconoció que desde que sucedió el fatal hecho, ha recibido el apoyo de su familia y de la Policía Nacional.
«Estoy en proceso para poder optar a una prótesis, ya hubo respuestas y se están haciendo las cotizaciones para la prótesis», contó.
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Mensaje
El oficial de policía aprovechó para mandarle un mensaje a sus compañeros que andan en las calles. «No se desanimen por cuestiones como esta, esa es nuestra labor, andar en las calles. Lastimosamente hay personas que andan en malos pasos».
Además, dijo que «siempre hay que tomar las medidas porque en unos segundos la vida nos puede dar la vuelta. Gracias a Dios estoy vivo».
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