TEGUCIGALPA, HONDURAS. El departamento de Gracias a Dios, en el extremo oriente de Honduras, adolece la incesante propagación de casos de COVID-19 en medio de un sistema de salud decadente e insuficiente.
Los llamados hacia el auxilio de esa zona son constantes. Por lo que, el Instituto Nacional Cardiopulmonar («Tórax») está en toda la disposición de donar una planta de oxígeno que mantienen guardada.
Sin embargo, su directora, Nora Maradiaga, especificó que tiene averías y no podría funcionar de inmediato. Es más, especificó que su reparación tomaría unos tres meses y costaría al menos tres millones de lempiras.
En ese sentido, apuntó que «como una solución inmediata para los pacientes de La Mosquitia no es conveniente».
Igualmente, desveló que las personas que tienen la preparación especializada para hacer las correciones mecánicas ni siquiera son del país cinco estrellas. Seguido, explicó el engorroso trámite que hacían ellos cuando querían utilizar ese equipo.
«Nosotros teníamos que llamar a unos técnicos de Bélgica. El representante de aquí llamaba a España y, desde allá, le daban instrucciones y terminaban mandando a un técnico de Bélgica», describió.
En virtud de lo anterior, Maradiaga aseveró que ellos quieren entregar la máquina y que se envíe para cubrir necesidades en Gracias a Dios pero, para que eso ocurra, la Secretaría de Salud (SESAL) deberá buscar los medios de reparación.
¿Qué dice Salud?
No obstante, tal parece que esa no es la voluntad de la oficina que comanda las operaciones sanitarias del país. Un medio local trató de abordar a Alba Consuelo Flores, titular de la Secretaría sobre el tema.
«Y si está mala, ¿para qué la van a llevar?», se limitó a responder la funcionaria. Después se le consultó si sería posibles hacer diligencias para repararla o algo por el estilo y lo que reinó fue su silencio; no hubo respuesta alguna.
Dada la inoperancia, desde el Hospital de Puerto Lempira se resignan a que esa planta de oxígeno no llegará.
El director ejecutivo de ese centro asistencial, el doctor Hugo Reyes, mencionó que la mejor alternativa sería la adquisición de al menos 200 cilindros de oxígeno de manera inmediata; y, a mediano plazo, la instalación de una red de oxígeno mediante una empresa certificada.
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FAH dispuesta a ejecutar traslado
Por su parte, la Fuerza Aérea Hondureña (FAH) comunicó que ellos, con agrado, harían el trámite de llevar la planta de oxígeno. Sería mediante un vuelo a Puerto Castilla y luego vía marítima a Puerto Lempira.
Así lo anunció Efraín Alemán, comandante de la institución. Acotó que es una operación totalmente factible; sin embargo, aclaró que la planta debe ser arreglada primero.
«Vamos a esperar que el personal del ‘Tórax’ define con la SESAL qué cursos de acción van a tomar. Mientras tanto, las FF.AA. apoyan al sistema de salud mediante el traslado de insumos médicos y varios cilindros de oxígeno», detalló Alemán.
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