El sector de la pesquería artesanal y negocios pesqueros de baja escala «están siendo gravemente golpeados» por las medidas establecidas por el Gobierno para frenar la expansión de la enfermedad, que incluye la paralización de la economía.
La cuarentena afecta de manera directa «a más de 50,000 familias de pescadores y a decenas de micro, pequeñas y medianas empresas pesqueras de la costa norte de Honduras», señaló la Red de Pescadores Artesanales.
Aseguró además que las pérdidas para los pescadores artesanales durante la emergencia sanitaria han sido «las peores desde la catástrofe del huracán Mitch», en 1998, que en categoría cinco dejó miles de muertes y destrucción en Centroamérica.
El cierre del sector turismo y de suministros «no ha permitido la movilidad de cientos de toneladas de mariscos frescos». Las pérdidas para las empresas de pescadores artesanales rondan los 18 millones de lempiras (727,273 dólares), añadió.
«Por la suspensión del servicio de transporte, el cierre de las vías de comunicación y de todo el sistema de distribución de alimentos, también ha degenerado la pérdida de más de 250,000 libras de pescado seco salado», cuya temporada de comercialización se da durante la Semana Santa.
Por lo que los pescadores han dejado de recibir más de 17.5 millones de lempiras (más de 707.000 dólares). La pesca artesanal está a cargo de 24,000 familias, es decir, alrededor de 110,000 personas.
Pescadores artesanales están marginados
Las 22 organizaciones aglutinadas en la Red de Pescadores Artesanales de Honduras, indicaron que el sector sigue estando «invisibilizado y marginado de las políticas de fomento y de emergencia del Estado». Tampoco son beneficiados con las oportunidades que está generando el gobierno.
«La continuidad de la emergencia supone un golpe mortal para nuestras empresas sociales», enfatizan los pescadores artesanales.
Reafirman su compromiso para «continuar faenando, procesando y haciendo negocios con productos pesqueros para alimentar y sostener a nuestras familias, para mantener empleos y contribuir con la economía del país».
Señalan también que continuarán trabajando de manera coordinada con la ONG internacional GOAL; a través del proyecto «Resiliencia de la Economía Azul y del Ecosistema Costero del Norte de Honduras – MiPesca».
El proyecto cuenta con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Nórdico para el Desarrollo.
Pescadores piden trabajar
Los pescadores artesanales piden al Gobierno que les permitan trabajar durante la cuarentena. Asimismo, abrir de «forma urgente» rutas de salida para que el pescado seco salado se comercialice en supermercados, abarroterías o directamente por ellos.
También que reduzca las prohibiciones de movilización de productos pesqueros y fomente su distribución; principalmente en los negocios que están operando durante la emergencia.
«Queremos que se visibilice y considere la importancia del sector pesquero artesanal y el aporte que representa para la seguridad alimentaria del país», añaden.
La pesca de pequeña escala genera alrededor de 676 millones de lempiras (unos 27,3 millones de dólares) al año, según cifras oficiales.
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