La noche del miércoles, en el estadio Nacional en Lima, han terminado 36 años de frustración: Perú, dirigido por Ricardo El Tigre Gareca, se ha impuesto a Nueva Zelanda por 2-0, y se convierte en el país que se clasifica para el Mundial Rusia 2018 en el último día y el último partido de las eliminatorias.
Desde el Mundial España 1982, el país andino no había vuelto a este torneo. Los años de corrupción de Manuel Burga como presidente de la federación peruana de fútbol fueron un obstáculo para el trabajo deportivo. Dicha fase terminó en 2015 cuando decenas de dirigentes fueron involucrados en una trama de irregularidades de la FIFA.
Perú es el trigésimo segundo país en lograr una plaza en la Copa del Mundo, gracias a las anotaciones del delantero Jefferson Farfán a los 27 minutos y de Christian Ramos a los 64.
La selección peruana encaró por segunda vez a Nueva Zelanda sin su capitán, el carismático y efectivo anotador Paolo Guerrero. El delantero afronta una suspensión de 30 días impuesta hace un par de semanas por la FIFA, debido al resultado analítico adverso en la prueba antidopaje tomada en el choque contra Argentina en La Bombonera, a inicios de octubre.
Sin embargo, a diferencia del viernes en Wellington en el que se notaba la ausencia de Guerrero, este miércoles, el conjunto estuvo mejor adaptado sin él, y el mediocampista Christian Cueva tuvo un mejor desempeño que en el partido en Wellington al ser el autor del pase del primer gol que convirtió Farfán.
El jugador que milita en el Lokomotiv de Moscú fulminó al guardameta Marinovic con un tiro al centro de la portería. El segundo tanto, el de Ramos, fue en un tiro de esquina en el que el balón quedó suelto y solo lo mandó al fondo.
Guerrero, estrella del equipo brasileño Flamengo, estuvo en cierto modo presente en el juego: los peruanos vistieron una camiseta con la imagen de su rostro al salir al campo a calentar. Además, para celebrar el primer gol, Farfán levantó otra camiseta con el número 9, la que usa el capitán Guerrero, mientras sus compañeros señalaban el número y le dedicaban la primera anotación.
Los jugadores de Nueva Zelanda mostraron una mayor fortaleza que en Wellington. El árbitro francés Clement Turpin sancionó con dos amarillas a los neozelandeses y con tres a los locales.
Gareca aceptó ser el director técnico de la selección peruana en marzo de 2015, como inicio de una nueva era de la federación. En una entrevista en televisión al poco tiempo de armar un nuevo comando técnico comentó: «Perú tiene jugadores en ataque de altísimo nivel, al mismo nivel que cualquier selección».
Tras el partido, Cueva expresó: «Son sueños de niño, de hace tantos años», mientras que Farfán insistía en evocar a su amigo de la infancia, Guerrero, a quien le dedicó la clasificación, y a su madre. «Quiero agradecer por el apoyo. Te prometí Paolo, esto es para ti».
Estar en el mundial, una reivindicación
Niños y jóvenes que han apoyado en estas semanas al equipo peruano vistiendo, en la escuela y el trabajo, la camiseta de la selección, esta noche han celebrado volcándose a las calles y plazas. Les será familiar la mascota de Rusia 2018, Zabivaka, el lobo. Y podrá pasar al olvido el personaje de la naranjita de España 82, el viejo recuerdo de las generaciones que atestiguaron a la selección que capitaneó el futbolista Teófilo Cubillas.
En las principales avenidas de Lima, casi a medianoche, el tráfico fue intenso, cientos celebran a pecho descubierto y desde los autos y omnibus hicieron sonar sin parar sus bocinas, ondeaban las banderas, globos, o la famosa camiseta blanquirroja.
El Gobierno de Perú decretó feriado este jueves no laborable para el sector público -si ganaba Perú-, y el Ministerio de Educación suspendió las clases. Pese a ello, el colegio Los Reyes Rojos, donde estudiaron hace décadas Guerrero y Farfán -gracias a una beca de su club y del director de la escuela- las clases serán normales, porque, según han reiterado, la perseverancia es un valor.
«La última vez que vi a Perú en un Mundial fue a los siete años en la lejana España 82. Lo que nadie creía hace apenas un año se logró. La enseñanza nos la dio el argentino [Gareca] que nos eliminó en el mundial del 86 con un grupo de jóvenes. Se olvidaron los nombres y se apostó por el compromiso de trabajo, por el esfuerzo y por el ímpetu de la juventud. El esfuerzo común permite alcanzar las metas; que todos valen; que casi ningún objetivo es inalcanzable. Debemos ser muchos los que tratamos de reflexionar con lágrimas en los ojos», considera Alejandro Neyra, diplomático peruano.
Alonso Pahuacho, investigador de estudios culturales en Perú, asegura que la selección peruana «logró reactivar un sentimiento de pertenencia nacional importante. Lograron enganchar al público futbolero peruano con la selección con resultados positivos, recambio de jugadores, énfasis en la disciplina, compromiso de los jugadores, dirigentes serios». Para Pahuacho «esta capacidad del fútbol de reinventar parte de nuestra identidad deportiva –pasar de equipo perdedor a ganador- alimenta y sirve en gran medida de combustible en los hinchas de la selección».
Por su parte, Antenor Guerra García, autor del libro El fútbol peruano: protagonistas de su historia, señala que el responsable del surgimiento y de la renovación exitosa de fútbol peruano es el entrenador de la selección Ricardo Gareca. «El gran aporte del estratega fue consolidar el estilo de juego y lograr que los jugadores creyeran en ellos mismos. El director técnico argentino rescató los rasgos esenciales del jugador peruano: el juego de toque al ras del piso, como lo hicieron las selecciones de Didí, Calderón y Tim, precisamente los entrenadores que clasificaron a Perú al Mundial de los gloriosos años 70 e inicios de los 80».