CORTÉS, HONDURAS. Hoy, durante el homenaje póstumo ofrecido por dirigentes del Partido Liberal, a un año del fallecimiento del ingeniero Jaime Rosenthal, su hija, Patricia Rosenthal de Canales, pronunció este domingo un emotivo discurso de agradecimiento en nombre de la familia Rosenthal Hidalgo.
“Permítanme hablar de mi padre, permítanme hablar de JAIME ROLANDO ROSENTHAL OLIVA, el hombre que soñó con una Honduras prospera”, comenzó diciendo Patricia Rosenthal de Canales a los asistentes a la ceremonia organizada por dirigentes del Partido Liberal de Honduras.
Nadie entendía su amor por Honduras, señaló la única hija de don Jaime. Su amor era tal que todas sus inversiones estaban en el país. Incluso, tanto a nietos como hijos les puso una regla: podían prepararse profesionalmente en el extranjero, pero debían trabajar en Honduras, para así contribuir con el desarrollo de la nación, reveló Patricia.
El homenaje póstumo se hizo en un reconocido hotel sampedrano. A este asistieron su viuda, doña Myriam Hidalgo de Rosenthal, y sus hijos: Carlos Rosenthal, César Rosenthal,Patricia Rosenthal. En representación de Yani, su esposa Claudia de Rosenthal. También estuvieron presentes nietos, sobrinos y demás familiares.
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A continuación, el discurso íntegro:
Amable concurrencia, amigos y compañeros del Partido Liberal de mi padre, medios de comunicación. A todos los miembros de mi familia, damas y caballeros… muy buenos días.
Permítanme hablar de mi padre, permítanme hablar de JAIME ROLANDO ROSENTHAL OLIVA, el hombre que soñó con una Honduras prospera. Ese era mi padre. Muchas veces me pregunte el porqué de este maravilloso sueño.
Los empresarios no tienen esa visión, los empresarios trabajan para hacer dinero, lo cual el también hizo siempre, con la gran diferencia que hacía dinero con la mirada puesta en que Honduras prosperara.
Por medio del trabajo que creaba, él les entregaba a los hondureños la esperanza de un mejor futuro. La esperanza de que cada uno tuviera acceso a servicios básicos, educación y salud.
Esto mismo nos exigió a nosotros como familia. Casado con mi madre, Miriam Marina Hidalgo Ochoa por 57 años. Procreó cinco hijos y llegó a conocer 15 nietos y un biznieto.
A sus hijos y nietos se les exigió trabajar en cualquier tiempo libre disponible y, además, fuimos requeridos a trabajar inmediatamente después de habernos graduado. Debíamos trabajar en Honduras, nadie debía quedarse en otro país, ya que había que a ayudar a Honduras. Su amor por este país era tal que todas sus inversiones estaban aquí. Muchos no lo podían creer, pero así era él: primero Honduras.
Todos los presentes le vimos ayudar a miles con sus conocimientos, con sus consejos y sabiduría. “Tío Jaime”, le decían muchos. Era un hombre muy estudiado, sabía de todo y no escatimaba en compartir sus conocimientos. Eso sí, le gustaba la gente trabajadora, solo a través de la educación, el ahorro y el trabajo saldremos adelante, decía. Su deseo siempre fue ver a una Honduras diferente. Su misión fue amar y servir al que lo merece.
Los empresarios no incursionan en la política, es peligroso, pero el incursionó, sin importarle el peligro, pues soñaba con una Honduras prospera. Tal era su sueño, que conoció la cárcel, peleando por estos ideales en los años 60.
Estaba claro que solo ostentando el poder de la nación se podía lograr el cambio. Miembro activo del Partido Liberal desde muy joven. Pocos empresarios exitosos tienen estos ideales liberales que todos ustedes conocen y los cuales compartió. Mi padre siempre decía: “Mientras más tengan los pobres, más tendremos”. Cuánta razón tenía, que poca gente lo entendió.
Al final de su camino, le cobraron un precio muy alto por sus convicciones, sin embargo lo enfrentó con valentía. En estos momentos tan difíciles fue acompañado por todos ustedes. Nuestra familia está y estará eternamente agradecida por el soporte que le dieron en estos momentos cuando pocos pudieron decir presente.
Siempre he pensado, y lo reitero en esta oportunidad, que todo lo que sucede es para mejor, aunque no lo podamos comprender. Dios sabe por qué no permitió que él fuera Presidente. Las decisiones de nuestro creador no se cuestionan. Dios sabe por qué permite todo lo que permite. Si sabemos confiar y esperar en Él, nos dará la fuerza para salir adelante, renovados y mejorados para crear esa mejor Honduras que mi padre siempre quiso ver.
En nombre de toda mi familia, quiero darles las gracias a las personas que lo acompañaron, y agradecerles por este homenaje que le brindan el día de hoy a ese gran hombre que soñó en que este país fuera grande, próspero y desarrollado.
Les invito a que sigan sus pasos, sigan soñando. Hagan de este país lo que mi padre siempre quiso hacer e hizo hasta que Dios se lo permitió.
Muchas bendiciones a todos y muchas gracias.