CORTÉS, HONDURAS. Cientos de cajas abarrotan la terminal de carga de la Aduana La Mesa del aeropuerto Ramón Villeda Morales y empleados tienen que ingeniárselas para buscar los paquetes.
A través de un vídeo difundido en redes sociales, se observa a colaboradores de esta terminal subiéndose a los estantes para encontrar algunas cajas.
Al estilo del «hombre araña» estos ciudadanos buscan la manera de transitar por esta bodega, que como se preveía antes, está colapsada de paquetería.
«Buscando carga, ya no se sabe dónde están ubicadas las cargas», dice una de las personas que graba el clip.
Con este vídeo, también se dejó evidenciado a los peligros que se exponen los empleados por la supuesta inoperancia de la Empresa Hondureña de Infraestructura y Servicios Aeroportuarios (EHISA).
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Denuncia de agentes aduaneros
Hace unos días agentes aduaneros denunciaron que debían esperar durante horas para la entrega de sus paquetes.
Además, aseguraron que EHISA no está capacitada para administrar la terminal.
Un afectado denunció que en la terminal no hay suficiente personal y señaló que la carga no está inventariada y tienen problemas con la facturación.
Vea el vídeo:
Para ellos, EHISA se debe encargar únicamente de manejar los aeropuertos, ya que no dan el ancho para manejar la terminal de carga y piden que se alargue la prórroga de no pago por almacenamiento de la mercadería.
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¿De dónde se origina el problema?
Desde el 1 de junio, EHISA tomó posesión de esta terminal de carga. Sin embargo, desde el primer día se han presentando varias quejas por la ineficiencia de su trabajo.
Los importadores sostienen que hay mucho desorden y atrasos. Además, denuncian que no les han brindado una respuesta contundente y por ello piden una empresa más capacitada.
«Lo que deben hacer es contratar una empresa internacional con todas las certificaciones inmediatamente», dijo hace unos días una fuente que por seguridad omitió su nombre.
Asimismo, aseguran que las cargas las mantienen «revueltas» con otras y al presentarse más atrasos en la entrega les perjudica su economía, ya que se les cobra por cada día que permanece en los almacenes.
Por su parte, EHISA asegura que no cuentan con el equipo suficiente y que además «se están acoplando al sistema de trabajo».
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