REDACCIÓN. Varias batallas aún quedan por librar en esta “guerra” contra el brote del Covid-19 y los médicos lo saben bien. Ellos han visto y ven a diario, cosas que jamás imaginaban. Están viviendo en sus propias carnes las consecuencias más inmediatas de toda esta incrédula situación.
Es por eso que Rosa, nombre ficticio, es médico en un centro de salud de la Comunidad de Madrid y atiende a domicilio a personas con coronavirus. Su testimonio es solo un ejemplo de cómo les ha desbordado todo. «He ido a las casas de la gente muy desprotegida, con equipos de protección de mi y he sentido muchísima angustia”, indicó.
Asimismo, agregó: “Sobre todo, al principio. Lo he pasado realmente mal. Me han dado dos ataques de pánico en el trabajo y he tenido que tomar tranquilizantes para dormir. Ahora sigo pasándolo mal, el volumen de trabajo es muy grande y la angustia es tremenda».
Situación dura
En ese sentido, la galena pide que todos los sanitarios tengan acceso a buenas equipos de protección, directrices más concretas y, sobre todo, que les cuiden. «Los médicos están sufriendo un gran estrés”, recalcó.
De igual forma, el titular de Salud Mental de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amys), Ángel Luis Rodriguez , manifestó que “probablemente sea ésta una de las situaciones más duras que muchos vivan, a nivel profesional, a lo largo de su vida».
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Además, señaló que algunos facultativos tienen que tomar medicación para estos síntomas, especialmente para dormir.
Desde el mes de octubre, este sindicato abrió un servicio de atención psicológica para los afiliados. Lo anterior, debido a que las condiciones de trabajo antes de la Covid-19 ya eran muy duras.
Podrían irse al terminar crisis por Covid-19
No obstante, desde que la crisis causada por la pandemia en el país ibérico, el servicio se ha abierto a todos los médicos de la Comunidad de Madrid. «Lo que más estamos viendo son fundamentalmente: problemas de ansiedad, descontrol emocional, alteraciones del sueño y de la alimentación, y hasta pensamientos de abandonar la profesión cuando esto acabe», comentó el experto.
Pero el profesional agregó que «estamos recibiendo menos llamadas de las que esperábamos y los que llaman se encuentran ya muy desbordados». Precisamente, Rosa fue una de los médicos que llamó cuando ya no podía más:
«No contacté con ellos hasta que no tuve el segundo ataque de pánico. Creía que podía con todo, pero no fue así. Necesitaba ayuda y llamé», concluyó la galena, quien aún continúa en primera línea, luchando contra el Covid-19.