Hace apenas unos días la República de Honduras estuvo de aniversario por sus 200 años de independencia. La que es considerada como una nación libre, soberana e independiente, pero que está muy lejos de serlo, ya que entre la libertad e independencia es claro que nos debemos al apoyo y financiamiento de la comunidad internacional y con respecto a la soberanía, pues preguntémosle a las ZEDES.
Han sido 200 años de un escenario sombrío que comenzó con aires de cambio, pero en donde se arrastraron las malas prácticas de quienes para ellos descubrieron el nuevo mundo y para nosotros fueron los que nos saquearon nuestras riquezas naturales y sometieron por más de 300 años. Aunque los saqueos parecen no pasar de moda a pesar de haber transcurrido un par de siglos y que solo ha cambiado la dinámica, o mejor dicho se ha perfeccionado la forma en que se realizan, y que ahora se dirigen por hondureños en contra de otros hondureños.
Durante todo este tiempo tuvimos chispazos de democracia que eran interrumpidos frecuentemente por golpes de Estado y pequeñas dictaduras. Fue hasta 1982 que se instalaron las bases para consolidar una democracia que hasta la fecha y a pesar de todas las falencias, grietas, tropiezos y obstáculos es la que se ha mantenido vigente por más tiempo, a pesar de lo sucedido en 2009 que ya se sabe lo ocurrido, pero que aparentemente poco tiempo después se volvió a la normalidad.
Lea también – Opinión de Juan Carlos Aguilar: ¿Y la justicia electoral?
Se sabe que si se habla de democracia esta se acompaña de una relación simbiótica con el pueblo, que es quien ejerce el sufragio directo para elegir a quiénes serán sus autoridades y representantes ante todo aquello que representa el engranaje del Estado.
Por otro lado, no solo hubo fiestas patrias por la celebración de independencia del país, sino que este año, específicamente el 28 de noviembre de 2021, los hondureños tendremos elecciones generales con un estilo bicentenario. Ya hubo un primer experimento en marzo pasado que no resultó ser tan bueno, pero que puede servir de guía sobre qué errores no cometer si se ajustan los mismos y así poder lograr elecciones libres, transparentes y sobre todo con un alto grado de legitimidad para así evitar “elecciones estilo Honduras”.
Es imposible obviar la importancia que tienen los procesos electorales en la vida democrática de un país, pero no es menos cierto que si se aspira a consolidar la democracia como un modo de vida, se debe de trabajar fuertemente en mejorar la misma. Para dar un panorama, según The Economist, con su popular Índice de Democracia, ubica a Honduras en la posición 88 de 167 países evaluados a nivel mundial, pero si nos vemos a nivel de Latinoamérica y el Caribe se ocupa la posición 19 de 24 países. Es importante mencionar que en esta ultima medición Honduras alcanzó su peor calificación desde 2006 a la fecha con un puntaje de 5.36 de 10 posibles y catalogando el modelo hondureño como un “Régimen Híbrido” al que solo está por debajo el autoritarismo.
Además – Opinión de Juan Carlos Aguilar: Ni fuerza de tarea, ni lucha contra la corrupción
Si se quieren lograr cambios en el país se deben de mejorar las prácticas actuales, ya que hemos observado por parte de candidatos en los distintos partidos políticos practicar el -más de lo mismo-. Esto en referencia a acciones populistas con carencia de ideas y de propuestas para la ciudadanía que pretenden convencer de que le otorgue su voto.
Lamentablemente, se han popularizado campañas de abrazos, torneos de videojuegos, publicidad en golosinas, rifas de teléfonos inteligentes, otros que regalan o ¿compran, otorgando dinero en efectivo, ofreciendo remuneraciones a cambio de que lleven gente a votar, entregando comida y así un sinfín de acciones populistas y proselitistas, a fin de conseguir el voto, pero ¿y las propuestas donde están?
Este tipo de acciones no contribuyen a que el país deje de ser un Régimen Híbrido y se consolide como una democracia madura, ya que si se siguen arrastrando estas malas prácticas y se sigue convenciendo a la gente para “votar con el estómago y no con el cerebro” como diría alguien por ahí, se seguirán instalando gobiernos conformados por candidatos incapaces que no arrojaran resultados y que seguirán llevando al país a tocar un fondo que no está muy lejano si la situación actual no mejora.
Por lo tanto, el llamado se hace en primer lugar a los candidatos para que dejen atrás ese populismo y se enfoquen en pensar qué le pueden aportar de manera positiva al país y como trasladárselo a los ciudadanos hondureños para que posteriormente estos sean capaces de elegir a personas idóneas. También valorar situaciones como la aparente mejora en educación, pero que lo verdaderamente cierto es que los datos indican que antes de la pandemia eran cerca de un millón los niños excluidos para acceder a la educación y en la actualidad son casi dos millones. Por eso y más hay que luchar por una mejor Honduras de cara un tricentenario que será el legado de las futuras generaciones.
Nota para nuestros lectores:
? Suscríbete gratis a más información en nuestro WhatsApp. Haga clic en el enlace: http://bit.ly/2LotFF0