Tegucigalpa, Honduras. La pandemia de la COVID-19 exacerbó los retos que afrontan los jóvenes de 15 a 24 años en el mercado laboral, con particular incidencia en América Latina y el Caribe, donde crece el desempleo juvenil, de acuerdo a un informe publicado el jueves por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Los jóvenes padecen desde principios de 2020 una pérdida porcentual de empleo mucho mayor que entre los adultos, de acuerdo al informe «Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil 2022».
En todo el mundo hay «seis millones de jóvenes desempleados más que antes de la pandemia de 2019″, y este grupo fue el más perjudicado por la crisis, indicó la OIT.
Pobreza
Muchos jóvenes salieron de la población activa o nunca lograron ingresar a la fuerza laboral, debido a la dificultad de encontrar empleo durante los confinamientos. Asimismo, ese aspecto empeoró debido al cierre de empresas por la crisis derivada de la pandemia.
En el mundo, el porcentaje de jóvenes «ni-ni», que ni estudiaron ni trabajaron en 2020, el último año para el cual existen estimaciones, fue de 23,3 por ciento, un alza de 1,5 puntos respecto a 2019, que representa un nivel inédito en 15 años.
En particular, de acuerdo al estudio de la agencia especializada de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en América Latina el paro juvenil sigue siendo muy «elevado».
La OIT señaló que históricamente el índice de desempleo ha sido más elevado entre las mujeres, aunque «la crisis exacerbó esa tendencia».
Latinoamérica
En «los países de América Latina, el índice de desempleo juvenil sigue siendo muy elevado. Se prevé que alcance el 20,5 por ciento en 2022», detalla el informe.
La OIT advirtió, como conclusión, que los jóvenes sin empleo son «especialmente vulnerables a la ‘cicatrización’, el fenómeno por el que su desempeño futuro en el mercado laboral será peor que los de sus compañeros, incluso cuando las condiciones macroeconómicas vuelven a mejorar».
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Las soluciones son verdes y azules
Para hacer frente a este problema, la agencia de la ONU instó a los gobiernos a aplicar medidas de política verde y azul (referidas a las que se relacionan con la creación de empleos ecológicos en tierra y en el mar) sostenibles. Según el informe, esto podría generar 8,4 millones de empleos adicionales para los jóvenes de aquí a 2030.
Las inversiones específicas en tecnologías digitales también podrían absorber un gran número de trabajadores jóvenes, sostuvo la OIT.
Fuente: El Economista, Telesur.
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