REDACCIÓN. El omega 3 es, sin duda, un nutriente que influye de forma muy positiva en un envejecimiento saludable. Se ha demostrado que brinda una especial protección frente a la demencia.
También es un gran aliado de la salud cardiovascular, y las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo.
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Pero más allá de la demencia o las patologías cardiovasculares, hay cuestiones como la pérdida auditiva que también se asocian a la edad y que, aunque no pongan en riesgo la vida, si restan mucha calidad de vida.
Y en este sentido, el omega 3 también puede ayudarnos. Un estudio realizado por investigadores del CIBERESP, la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad de Oviedo concluye que el consumo de ácidos grasos poliinsaturados como el omega 3 y el omega 6 está asociado con un menor riesgo de discapacidad auditiva em mujeres.
Los detalles del estudio
El estudio, publicado en European Journal of Nutrition, ha analizado información de más de 105.000 hombres y mujeres a partir de los 40 años para comprobar si existía una asociación entre la ingesta de ácidos grasos y la discapacidad auditiva durante un periodo de seguimiento de más de 3 años.
Los investigadores analizaron el tipo de ácidos grasos que ingerían los participantes, que pueden ser básicamente tres:
- Ácidos grasos poliinsaturados (PUFA por sus siglas en inglés). Dentro de este grupo encontramos el ácido linoleico (de la familia omega 6) y el ácido linolénico (de la familia omega 3). El omega 3 abunda en el pescado azul o las nueces, mientras que el omega 6 lo contiene el aceite de girasol o la soja.
- Ácidos grasos monoinsaturados (MUFA). El más importante es el ácido oleico, conocido como omega 9. El aceite de oliva o los frutos secos son buena fuente.
- Ácidos grasos saturados (SFA). Son más comunes en los animales, por ello la carne es rica en este tipo de grasa que se considera más dañina porque aumenta el colesterol.
También se examinó la capacidad auditiva de los pacientes. Y analizados todos los datos, comprobaron que había un vínculo entre una alta ingesta de ácidos grasos poliinsaturados y un menor riesgo de discapacidad auditiva en mujeres, sobre todo en las menores de 60 años.
Omega 3 y salud auditiva
«Reemplazar el 5 % de la ingesta energética de ácidos grasos saturados por una energía equivalente de ácidos grasos poliinsaturados podría reducir el riesgo de discapacidad auditiva en un 25 %», señala el investigador del CIBERESP Humberto Yévenes y primer firmante del estudio.
Así pues, incluir más pescado azul, frutos secos como las nueces o semillas de lino en la dieta no solo protege tu corazón o tu cerebro, también protege la audición.
«Este estudio es muy importante porque la pérdida auditiva es una de las principales causas de años vividos con discapacidad, y se considera invisible porque habitualmente se subestima en comparación con otros problemas de salud, de ahí que podríamos ayudar a desarrollar recomendaciones dietéticas para conservar una audición óptima», explica.
¿Por qué perdemos audición?
Con la edad es normal que perdamos audición. La razón es que las células ciliadas del oído interno van muriendo (nacemos con unas 15.000 en cada oído), aunque en ocasiones esa pérdida auditiva se produce antes de llegar a edades avanzadas.
Uno de los factores que más influye en la pérdida de audición temprana es la exposición al ruido, que directamente provoca la muerte de las células ciliadas.
Se sabe también que el efecto protector de los estrógenos frena la pérdida auditiva en las mujeres, aunque llegada la menopausia esa protección desaparece.
También se puede perder audición por una función vascular deteriorada. Y aquí es donde los alimentos, en concreto nutrientes como el omega 3, podrían tener un efecto protector.
Consecuencias de no oír bien
Se calcula que más de 5 millones de personas –un 11 % de la población– tienen problemas de audición.
No oír bien no tiene como única consecuencia la sordera. Afecta a la calidad de vida de la persona. Y lo que es peor, acelera hasta un 40 % la velocidad de envejecimiento cognitivo según un estudio.
De hecho, una mala salud auditiva puede hasta triplicar la probabilidad de sufrir demencia. El aislamiento que provoca la sordera reduce drásticamente los estímulos que recibe el cerebro. Además, que son necesarios para mantener la conexiones neuronales existentes o crear otras nuevas.
Este estudio viene a demostrar que los ácidos grasos omega 3 tienen un efecto protector sobre la audición. Ahora, el siguiente reto por parte de los investigadores es determinar si los ácidos grasos saturados como los que aporta la carne aumentarían el riesgo de pérdida auditiva.
Fuente: Saber Vivir
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