La decisión se aprobó este viernes, en una reunión virtual de la Conferencia Episcopal estadounidense, por una amplia mayoría. Votaron a favor 168 prelados, y 55 lo hicieron en contra.
Por el momento, el alcance práctico de la decisión será limitado. Pasará a cada líder religioso la responsabilidad de decidir si quienes apoyan la interrupción del embarazo pueden recibir o no la eucaristía.
Según la prensa, detrás de esa iniciativa está escondida la campaña de conservadores incómodos con el hecho de que Biden, segundo católico en ocupar el Despacho Oval después de John F. Kennedy, sea defensor del derecho a abortar.
Este viernes, al ser preguntado sobre la decisión, el mandatario estadounidense no se mostró preocupado por el tema. «Ese es un asunto privado», afirmó el presidente, quien acude a misa todos los domingos.
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Anteriormente el gobernante había firmado una orden ejecutiva que deroga la Ley Mordaza Global la cual prohibía a las organizaciones sin ánimo de lucro prestar servicios de aborto o remitirlos al extranjero.
Por su parte, el portal Bussines Insider recordó que la propuesta de presupuesto de la Casa Blanca también derogaría la Enmienda Hyde. Esta es una norma contra el uso de fondos federales para interrumpir embarazos, en la mayoría de los casos a través de programas como Medicaid.
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