TEGUCIGALPA-HONDURAS Gravemente preocupada se declaró la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Honduras (OACNUDH), por los hechos violentos que se viven actualmente en los centros penales del país.
A través de su cuenta oficial de Twitter, la OACNUDH instó al Estado hondureño a garantizar la vida y el respeto de los derechos humanos de los privados de libertad.
Igualmente, la OACNUDH pidió que se haga una pronta investigación de las recientes masacres suscitadas en cárceles del país.
“La OACNUDH observa con alarma la violencia dentro de los centros penales. Estamos gravemente preocupados por los hechos suscitados en los últimos días en diferentes centros penales del país. Han dejado como consecuencia luto en varias familias hondureñas”.
“Instamos al Estado a garantizar la vida y los DDHH de los privados de libertad y a proceder una investigación pronta, eficaz y transparente”, señalan los tuits publicados por la OACNUDH.
Cabe mencionar que en lo que va de diciembre, al menos 46 privados de libertad han perdido la vida de forma violenta al interior de las cárceles hondureñas.
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2019 el año más violento en muertes de privados de libertad
Tras la brutal masacre de 19 reos en la cárcel de Tela, Atlántida, una nueva matanza se reportó ayer domingo en la cárcel de El Porvenir, Francisco Morazán.
En el hecho 18 privados de libertad perdieron la vida y otro resultó gravemente herido. Este hecho violento se convierte en el segundo en menos de tres días.
Datos revelados por Fusina señalan que los muertos y heridos son producto de una supuesta reyerta entre bandas del crimen organizado.
Extraoficialmente se conoció que el conflicto se originó en el comedor de la penitenciaria donde se utilizaron armas blancas y otros objetos.
Asimismo, se informó que no se descarta que entre las victimas haya personas que estaban de visita en dicho centro penal.
Se debe indicar que con este último suceso, la cifra de muertos dentro de reclusorios asciende a 57 homicidios en lo que va de 2019. Eso lo convierte en uno de los años más violentos en comparación a 2018.