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jueves, noviembre 21, 2024

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TEGUCIGALPA, HONDURAS. Una de las pruebas más difíciles para una familia, es pasar la Nochebuena, Navidad y Año Nuevo separados, ya que es una de las temporadas del año que más junta a las personas.

Debido a la pandemia del COVID-19, la reuniones no son como en otros años, no obstante, ha sido un año muy complicado y las familias tratan de agradecer compartiendo en casa.

Las fronteras separan personas, pero no corazones y sentimientos. En la actualidad son muchos los hondureños que pasan estas fechas lejos de sus seres queridos. Por tal razón, se llenan de melancolía y sentimientos encontrados.

TIEMPO Digital ha recopilado distintas historias de catrachos que están lejos de su familia y no pudieron darles el abrazo de Navidad. Este es el caso de Abi Turcios, una joven hondureña que toda su familia reside en Estados Unidos.

Abi junto a su familia, partieron hacia Estados Unidos hace varios años de manera legal. Ella tuvo que regresar al país hace 3 años, pero no pudo regresar otra vez, lo que ha hecho que tenga ya tres navidades sin el calor de su hogar.

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Lo difícil de pasar tres navidades lejos de la familia 

Turcios comentó que nunca se había separado por tanto tiempo de su familia, ellos son muy unidos y es una prueba dura. Tres años se dicen fácil, pero lejos de la casa significan algo triste.

Pero Dios ha sido bueno con ella, puesto que en Honduras tiene a sus abuelas, tíos y tías. Estos miembros de su familia la han acogido de la mejor manera y han hecho que el proceso no sea tan duro.

Aby Turcios
Abi Turcios anhela poder ver a su familia y darles un abrazo de Navidad.

Al consultarle a la joven cómo es pasar la Navidad lejos de casa, dijo: «Se ruedan las lagrimas, pero más de felicidad al saber que Dios nos ha dado vida, que nos ha librado de esa enfermedad, y pues creyendo y confiando que ya pronto estaremos juntos».

Los sentimientos de esta hondureña han sido de tristeza y soledad, al no tener a sus padres, hermanos y su pequeña hija cerca. Pero, señala que este año ha sido de gratitud y menos tristeza, con la enorme esperanza de que pronto estará con su familia.

2020, un año de agradecimiento y con la fe puesta en Dios 

Abi Turcios destacó que «este año la Navidad fue diferente, menos personas en la mesa, una Navidad solo con los que viven en el hogar. No me preocupó nada porque mi confianza está en el Señor, y como vengo mencionando, él tiene el control de todo».

La prueba más difícil de Abi es estar lejos de su pequeña hija, y por ello, comentó que «estar lejos de mi princesa ha sido el reto más duro de mi vida.

Familia de Aby
El tesoro más grande de Aby es su familia, pide día a día a Dios poder estar juntos otra vez.

«Perderme tantas de sus etapas, de sus logros, verla llorar porque me dice que me extraña, eso me ha partido el alma. Pero confío plenamente que ya los días están cerca para volverla a abrazar y no separarme nunca más de ella», agregó la joven madre, que casi tiene 3 años de no ver a su retoño.

Estar lejos de casa, sin poder ver a la familia es un reto que muchos hondureños viven años con año. Los sentimientos y la melancolía embargan durante las fechas importantes en la vida, y aún más en Navidad.


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