La detección de la variante ómicron en Sudáfrica a fines de noviembre supuso la aparición de nuevas incógnitas con respecto a la pandemia para el mundo entero.
Esto ocurre, además, en tiempos en que una mitad del mundo está vacunado, e incluso dando dosis de refuerzo, y otra mitad está con bajas o muy bajas tasas de inoculación.
El médico John Swartzberg, profesor emérito de la cátedra de enfermedades infecciosas y vacunación de la Universidad de California en Berkeley (EE.UU.), entiende que no haber logrado una vacunación masiva a nivel planetario, ya sea por falta de acceso a las dosis en algunos países como por el rechazo a las inyecciones contra la covid en otros, genera miles de millones de fábricas virales, una por cada uno de esos individuos.
Serán ellos quienes producirán la próxima variante del coronavirus.
Swartzberg cree, además, que el hemisferio norte puede padecer en las próximas semanas lo que él denomina una «tridemia», es decir, tres pandemias a la vez, y cree que la variante que aparezca en el mundo tras ómicron será la que transformará al SARS-CoV-2 de una pandemia a una endemia.
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Otra nueva variante en Francia
Justo en el momento en que se empieza a establecer que -a pesar de su rápida expansión- la variante ómicron suele provocar un curso más suave de la enfermedad que la delta, aparece una nueva variante de la que se desconoce su peligrosidad y origen.
La nueva mutación del coronavirus se detectó en Francia a principios de diciembre en un viajero que regresaba de Camerún, según el Instituto Hospitalario Universitario Méditerrannée (IHU) de Marsella. Hasta ahora, las autoridades han identificado doce personas contagiadas con esta variante.
Más mutaciones que ómicron
La llamada B.1.640.2 tiene 46 mutaciones en una «combinación atípica». Por lo tanto, tiene más que ómicron -con 37-, según un estudio previo que aún no ha sido revisado por otros expertos. Las ya conocidas mutaciones N501Y y E484K también se encuentran en la nueva variante.
La N501Y, por ejemplo, se detectó inicialmente en la variante alfa y hace que el patógeno se una fuertemente a las células humanas, por ende, se propaga con mayor facilidad en el cuerpo. En tanto, la E484K pertenece a las llamadas mutaciones de escape que se anidan directamente en la proteína de la espiga, lo que posiblemente podría perjudicar la eficacia de las vacunas.
Fuente: BBC.
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