MÉXICO. Orando a la orilla del río Bravo, Gael, un ‘hondureñito’ que busca llegar a EE.UU. para reunirse con su padre, a quien no ve «desde hace dos años», cruzó solo las caudalosas y peligrosas aguas.
Los inmigrantes que lo acompañan explican que lo cuidaron, incluso por indicación de los coyotes, pero dicen que ellos no vieron a la mamá de Gael cuando lo conocieron, según cuenta Fanny Ramos, una joven hondureña que viaja con otra niña de seis años. “Él dice que trae papeles sobre su papá y una dirección”, asegura.
Gael, de siete años, dijo a Univision Noticias, al preguntarle dónde está su madre, contestó que está “en una bodega” de México, y antes de continuar sólo su viaje, le dijo que “Que me cuidara. Que tuviera fe en Dios”.
El niño ya recorrió más de 2,900 kilómetros que separan a su país de origen de Estados Unidos, y llegó a Roma, Texas. Este menor es uno más entre las decenas de miles de menores que han llegado sin ser acompañados por un adulto a la frontera sur del país.
Gael comentó que él quería volver a Honduras, porque aquí era más feliz, pero, al mismo tiempo, anhelaba volver a ver a su padre. «Quiero estar con él para siempre», decía a Dios mientras oraba.
De acuerdo con estimaciones de The Wall Street Journal, entre 18,600 y 22,000 menores no acompañados podrían cruzar la frontera sur del país en abril de este año.
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