TEXAS. Dos niñas hondureñas, Valeria y Mariana, de 11 meses y cinco años, que fueron halladas hace tres semanas con otras tres menores en la frontera sur de EE.UU., ya se encuentran con una de sus tías en Miami, Florida, informaron este martes medios locales.
Las menores yacían abandonadas en un rancho de Texas. Las pusieron a disposición de las autoridades migratorias. Al cabo de 18 días, en un albergue para menores indocumentados, Valeria y Mariana finalmente se reunieron con su tía Yolanda Sánchez, quien las cuidará mientras se resuelve su situación migratoria.
Los padres, Edixon Padilla, de 23 años, y Daisy Sánchez, de 21, están en EE.UU. desde hace casi un mes. Tuvieron el lunes su primera videollamada con sus hijas, informó la cadena Telemundo.
Los papás hablan
Desde una ubicación no revelada, los padres dieron una entrevista a la cadena hispana en la que explicaron las razones por las que decidieron tomar la arriesgada decisión de mandar a sus hijas a cruzar la frontera solas.
“Me estaban diciendo: ‘¿Cuándo vienen? Ya quiero estar con ustedes. ¿Vienen mañana?”, dijo Sánchez en entrevista exclusiva con Noticias Telemundo.
“¿Te duele eso?”, le preguntó el periodista Edgar Muñoz.
“Sí”, respondió la madre.
“¿Por qué?”, inquirió.
“Porque yo quisiera estar ahí con ellas”, afirmó la joven hondureña.
«A mí no me gustaría que mis hijas se quedaran como yo: no tengo estudios, no tengo nada. Yo quiero que mis hijas sean alguien en la vida, tengan una carrera, trabajen», dijo la madre, quien confesó que no se arrepiente de haber dejado solas a sus bebés.
«Yo sé que ellas quedaron con comida, con agua, con leche. Todo allí lo tenían y hasta arropadas con una cobija, con sus suéteres, todo», manifestó el padre.
Así fue como se separaron
La mujer y sus hijas habían intentado, en otras tres ocasiones, cruzar la frontera, pero las autoridades migratorias estadounidenses las retuvieron y las enviaron de regreso a México.
En la última tentativa, delincuentes en México las secuestraron a punta de pistola, tal como relató la joven madre.
Fue ahí cuando para el cuarto intento los progenitores decidieron enviar a sus hijas junto a otras tres primas a que cruzaran solas la frontera, con todo lo necesario para sobrevivir hasta que fueran encontradas, mientras ellos lo hacían aparte, por otra ruta.
Los padres esperan poder reunirse pronto con sus hijas a través de la ayuda de organizaciones a favor de los inmigrantes. «Con su tía van a estar bien, aunque en lo mental, en lo psicológico, es mejor que estén con sus padres», admitió Padilla.
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