Nicaragua. El periodista nicaragüense David Mendoza, fundador y propietario del Canal RB3, jamás pensó que tan solo 24 horas después de informar que el Gobierno de Daniel Ortega había cancelado cinco radios pertenecientes a la Iglesia Católica, el siguiente medio de comunicación clausurado sería el suyo, fundado hace más de 18 años.
Mendoza se “viralizó” en las redes sociales en Nicaragua esta semana, al romper en llanto tras anunciar la medida ordenada por el Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones (TELCOR), en la cual ordenaba el cese del Canal local RB3, localizado en Río Blanco, Matagalpa, unos 130 kilómetros al noreste de Managua.
«RB3, un canal lleno de historia. 18 años informando acá en la ciudad de Río Blanco, siempre vamos a seguir con ustedes. Ha sido muy difícil el camino, desde niños hemos sufrido muchísimo (…), pero esperamos en Dios que pronto haga un milagro para nuestro pueblo, para nuestro país», expresó intentando contener su llanto.
El comunicador ha destacado en su país por las noticias locales en barrios y colonias, y por promover la ayuda social a quienes la necesitan. Su discurso de despedida lo continuó agradeciendo el apoyo: «Muchas gracias por seguirnos, Dios me los bendiga. Dios bendiga Nicaragua, los tengo en mi corazón siempre», agregó.
Al ver cómo la señal se perdía indicando que el momento había llegado, el presentador se llevó las manos al rostro y, sentado en su silla sin moverse del estudio, rompió en llanto. De inmediato, las imágenes se viralizaron en redes sociales.
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Vea el vídeo:
Una historia de superación
Mendoza nació en una situación de extrema pobreza en Río Blanco. Por esa razón se le dificultó ir a la escuela y, en lugar de eso, vendía en las calles desde pequeño.
«Recuerdo que de pequeño me cerraban las puertas en las casas cuando me ponía a ver televisión, sin embargo jamás pensé que tiempo después fundaría mi propio canal. Lo único que dije es que me iba a superar con honestidad y esfuerzo».
Mendoza es el menor de 12 hermanos, los cuales se veían agobiados por la situación económica de la casa. Por esa razón, desde joven buscó empleos en diferentes empresas hasta que llegó a una empresa de cable local, donde empezó trabajando como guardia de seguridad.
Con el transcurso de los meses le dieron el puesto de ayudante técnico. Años después aprendió lo que hacía el técnico y, cuando éste renunció, el dueño de la empresa le hizo una oferta.
Luego, aquel joven trabajador renunció al área en donde estaba y se dedicó a la comunicación. Fue hasta entonces que empezó a estudiar. De hecho, apenas hace unos días había recibido su título como periodista en la Universidad Juan Pablo II, de Matagalpa.
Fuente: Voz de América
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