CORTÉS, HONDURAS. Cada pequeño rincón del territorio nacional comienza a llenarse de tradición desde que empieza la época de Navidad. Son muchos los catrachos que no dejan a un lado la temporada y deciden adornar con el ya conocido «nacimiento».
Pero no es simplemente colocar pequeñas casas, el niño Jesús y todo lo demás, sino darle color, alegría, y vivencia a algo que llevan de generación en generación.
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Algunos se esmeran tanto que sus espacios llegan a ser destacados por los vecinos de sus comunidades, quienes cada año esperan con ansias verlos. La creatividad es otra de las características importantes.
En varios departamentos las personas han compartido las fotografías y han dado entrevistas para dar a conocer a los ciudadanos sobre el proceso, el sentimiento y la felicidad de ser parte de una costumbre navideña.
En barrio Cabañas de Villanueva, por ejemplo, está la historia de doña Mirna Recarte. Ella contó que junto a su esposo elaboraba el nacimiento navideño cada, sin embargo, perdió a su compañero a mediados del año 2021, producto de una enfermedad.
Pero eso no los detuvo, pues se había prometido que el que quedara vivo seguiría con la tradición cada año. Mirna Recarte, con nostalgia y llanto, le cumplió a Bartolo, ya que el partió primero y le colocó un altar en el nacimiento junto al pesebre.
La señora narró a medios locales que es el más hermoso que ha hecho durante su vida, pues es en memoria de su difunto esposo.
Juan Diego Mejía es otro ciudadano de Villanueva que expone el público su cautivador nacimiento. Este hombre ya tiene 26 años de seguir la tradición. Además, este año acortó el tamaño, pero de igual forma, lo hace con mucho sentimiento y espiritualidad.
La parroquia de San Ramón Nonato también decoró con un deslumbrante nacimiento, donde los hondureños pueden tomarse fotografías.
Otros nacimientos que destacan en esta temporada son los que hacen en el departamento de Copán. Específicamente en San Nicolás está el de Cruz Galdámez.
Sumado a ese, está en San Antonio de Copán el de doña Hilda Castañeda. Ella lo coloca en su vivienda en una zona rodeada de naturaleza, lo que lo hace aún más vivo y fresco.
No se queda atrás el nacimiento de la señora Silvia Martínez, quien vive en La Esperanza, San Jerónimo, y Angela Torres, de Santa Rita, Copán.
En el barrio El Dorado, de La Entrada, está doña Zoila López, quien tiene un sin número de decoraciones. Desde muñecas hasta autos de juguete sobresalen en su espacio de creatividad.
Así son muchos los que se hacen, unos más grandes que otros, sin embargo, todos con el sentimiento y el fervor de seguir con una tradición que pese a las circunstancias sigue en pie y pasa de generación a generación.
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