En la provincia argentina de Córdoba una mujer de 40 años dará a luz en los próximos días al primer bebé genéticamente diagnosticado. La clínica de fecundación asistida Fecundart fue la responsable de implementar el método conocido como Diagnóstico Genético de Preimplantación (PGS, por sus siglas en inglés), que consiste en un análisis genético embrionario para la detección de anomalías en el número de cromosomas.
Según detalló el portal La nueva mañana, el PGS «identifica los embriones sanos cromosómicamente para la transferencia y descarta los que no lo son». Ese grupo incluye aquellos que podrían tener síndrome de Down o fibrosis quística y, además, el descarte evita la posibilidad de sufrir abortos espontáneos o embarazos múltiples.
El director médico de Fecundart, José Pérez Alzaa, explicó que obtuvieron seis embriones «sanos» y, de los tres que implantaron, todos lograron embarazos que actualmente están en curso.
¿Cómo es el procedimiento?
En diálogo con Cadena 3, el profesional apuntó que la metodología consiste en tomar «tres o cuatro células de la placenta primitiva de ese embrión, sobre las cuales hacemos un estudio para establecer si va a haber algún problema cromosómico».
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Con un equipo láser, «se realiza un orificio en la membrana donde se encuentran el embrión» y de allí se extraen las células «sin tocar» al bebé. A partir de eso, se lleva a cabo «el análisis clásico de recuento de cromosomas o la búsqueda de la mutación de la enfermedad que estamos buscando».
Diagnóstico no es manipulación
En diálogo con RT, José Pérez Alzaa explicó que «más que manipulación o selección genética, lo que estamos haciendo es un diagnóstico». Se trata de saber «de todos esos embriones cual es el óptimo para implantarse y obtener un embarazo». En ese aspecto, recordó que este tratamiento «apunta a embarazar mujeres con distintos problemas para concebir y la causa número uno de fracaso es el embrión que tiene una alteración cromosómica».
«Así, evitamos a la paciente repetir los tratamientos y los fracasos, con todo lo que representa en términos de estrés psicológico», añadió el especialista. Alzaa subrayó que en Fedundart empezaron a trabajar con el PGS «en 2014 o 2015, tras adquirir todo el equipamiento» y «los primeros embarazos los tuvimos en 2016».
Consultado sobre lo que sucede con los embriones no seleccionados, el médico remarcó que la Constitución argentina y el Código Civil hablan de «personas al momento de la fecundación», mientras que antes «se consideraba persona al momento de la implantación». Es por eso que «los preservamos, no los descartamos», explicó.
El director de la clínica comentó que tienen «embriones que son normales, que son los que se implantan», y «embriones aneuploides, que son incompatibles con la vida y, por lo tanto, no se pueden implantar porque no van a prosperar». Finalmente, los «embriones con problemas cromosómicos, pero que son viables» se conservan a la espera de que algún paciente los requiera o se modifique la legislación.