AFP. Zoila Lecarnaque Saavedra selló su suerte cuando accedió a transportar un paquete desde su casa en Perú hasta Hong Kong, una decisión que le costó más de ocho años de cárcel.
Un cuarto de los presos de Hong Kong son mujeres, un porcentaje récord motivado por las «mulas» extranjeras pobres, a menudo engañadas o forzadas a transportar drogas.
Recién liberada y en espera de ser deportada, Lecarnaque Saavedra, de 60 años, contó desde su albergue abarrotado cómo perdió su libertad por dinero fácil.
Su situación se hizo conocida en el barrio y fue abordada por una mujer que le ofreció un trato: volar a Hong Kong a recoger unos aparatos electrónicos libres de impuestos que podría vender al regresar. Le pagarían 2.000 dólares.
«Ven a las personas que tienen la situación económica precaria, ven a las personas que estén pasando por cosas así, ¿no?», dijo a la AFP. «Entonces ellos buscan, ellos ven quiénes, en este caso fui yo», agregó.
La mujer, cuyo rostro refleja la dureza de su vida, dice que quiere advertir a otros que podrían verse tentados con estas ofertas.
Habla serena, pero su voz se quiebra cuando cuenta el momento en que un policía en Hong Kong la interceptó y se percató de que no vería a su madre e hija durante muchos años.
Una valija llena de preservativos
Recordó cómo los oficiales encontraron dos chaquetas dentro de su valija llenas de preservativos con más de 500 gramos de cocaína líquida.
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«Yo con el tiempo me di cuenta, medité sobre el daño que le ocasioné a mi familia, a mis hijos, a mi madre, porque ellos fueron los que se sintieron más mal que yo y eso me duele», admitió con los ojos llenos de lágrimas.
Para rebajar su pena, Lecarnaque Saavedra se declaró culpable, aunque asegura que no sabía de la cocaína y que nunca le pagaron.
«Aquí habemos bastantes mulas, muchas, porque nosotros venimos por encargo, por un pago», declaró. «Y los dueños, ellos están libres porque no los detienen», dijo.
Récord mundial de mujeres presas
Su historia es común en las alas femeninas de las cárceles de Hong Kong, donde hay, además de latinoamericanas, muchas mujeres de países asiáticos y africanos.
Estadísticas oficiales de Hong Kong indican que en 2021 un cuarto de las 8.434 personas presas eran mujeres.
Es la tasa más alta del mundo, según el World Prison Brief, una base mundial de datos penitenciarios de Birkbeck College, Universidad de Londres.
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El segundo lugar, Catar, tiene 15% de población carcelaria femenina, y solo otros 16 países o territorios tienen más de 10%.
El Servicio Correccional de Hong Kong dijo que 37% de los presos extranjeros son mujeres, pero se negó a comentar por qué había tantos foráneos tras las rejas.
¿Víctimas de tráfico humano?
Las mulas son fáciles de detectar para policías y fiscales en Hong Kong, donde una declaratoria temprana de culpa puede reducir en un tercio la sentencia de cárcel.
Intentar evitar una condena es arriesgado dadas las duras leyes antidrogas de Hong Kong. El transporte de 600 gramos o más de cocaína es pasible de una pena mínima 20 años.
En 2016, Caterina, una venezolana, fue sentenciada a 25 años de cárcel luego de que no logró convencer a un jurado de que fue obligada a servir de mula.
Aseguró que fue secuestrada en Brasil tras responder a un falso aviso de empleo. Dijo que fue violada repetidamente y que su familia fue amenazada hasta que accedió a viajar a Hong Kong.
«Me trataban como trapito. Tenía miedo que me mataran», contó.
Caterina, quien pidió no revelar su nombre real para proteger a su familia, habló con la AFP desde una cárcel de Hong Kong.
Embarazada antes del secuestro, la mujer de 36 años dio a luz a un niño en prisión.
Aumento pospandemia
En todo el mundo ha habido una baja fuerte en el uso de mulas para narcotráfico por la pandemia del coronavirus, que frenó el tráfico aéreo.
En su lugar usaron correos y empresas de mensajería.
Pero el alivio de las restricciones implica que las mulas casi con certeza volverán a volar.
Con ello, más mujeres como Zoila volverán a ser tentadas.
En junio pasado, Zoila fue deportada de Hong Kong, un día con el que había soñado por años.
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