Tegucigalpa, Honduras.- Según un estudio sobre el análisis de la situación de la salud sexual y salud reproductiva de las mujeres adolescentes y jóvenes migrantes hondureñas en tránsito presentado este jueves por la Organización Acción Joven Honduras, las mujeres representan el 58% de la migración hondureña y a su vez, son doblemente vulnerables durante la travesía.
Al realizar el recorrido con un grupo de mujeres migrantes, el equipo de investigadoras pudo constatar que la falta de planificación para huir de la violencia en el lugar de origen hace que los riesgos de la ruta migratoria se potencialicen. De esta manera, se exponen no sólo la seguridad y la vida de las migrantes, sino también la violación a sus derechos sexuales, reproductivos y su salud mental.
En tal sentido, la investigación identifica necesidades y la pericia de la mujer para mitigar los riesgos. Asimismo, registra los niveles de conocimiento de las mujeres acerca de su salud sexual, salud reproductiva y derechos sexuales y reproductivos.
El estudio describe la percepción de la mujer hondureña desde la interseccionalidad y compara el comportamiento de la sexualidad de hombres y mujeres en la ruta migratoria.
También, identifica las causas de migración de las mujeres en torno a factores del género y otras acciones que mitiguen los riesgos de violencia sexual y reproductiva de esta población al momento de migrar.
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Violencia, conocimiento y relaciones sociales
Los resultados del estudio destacan la violencia de genero como una de las principales causas de la migración. Asimismo, arroga que el 58% de los migrantes suelen ser mujeres.
En ese sentido, entre los testimonios de las migrantes se resalta que la violencia sexual es uno de los fenómenos a los que mayormente se ven expuestas durante su travesía.
«La violencia sexual se manifiesta no solamente como una dinámica de intercambio. También es ejercida con medios coercitivos y dejan a la víctima sin poder de “decisión” o capacidad de “negociar”. Estas violencias impactan directamente en los cuerpos y en la psiquis de las mujeres migrantes a lo largo de la ruta migratoria», reflexiona el estudio.
En tal sentido, en la medida en que se van aproximando a los puntos fronterizos, su salud sexual y mental se vuelven aún más vulnerables.
En cuanto al nivel de conocimiento en salud sexual y derechos reproductivos de las mujeres migrantes hondureñas, el estudio evidenció que se les ha privado del acceso a la educación sexual integral en el país de origen. Los niveles de conocimiento están sujetos a este contexto y por ende se puede decir de forma deductiva que son bajos o nulos.
Por otra parte, en el marco de las relaciones sociales suelen predominar las relaciones de poder entre hombres y mujeres. Esta situación, ubica a las féminas en un ambiente lleno de desigualdad y vulnerabilidad en el contexto de país y ruta migratoria.
Debido a la situación, las mujeres suelen enfrentar riesgos como engaños, estafas, extorsión, maltratos verbales y físicos. Asimismo, secuestros, violaciones y la trata con fines de explotación sexual.
Necesidades
Como conclusiones, el estudio presentado arroga que las necesidades de los/las migrantes en la ruta migratoria suelen ser de distintas naturalezas.
«Existen necesidades fisiológicas insatisfechas que se experimentan de forma desigual a razón de características interseccionales marcadas principalmente por el género de la persona», añade.
En tal sentido, señala que la mujer migrante presenta más necesidades básicas aparte de comer, dormir, higiene o seguridad. Es decir, que existen necesidades que surgen en torno a la salud sexual, reproductiva y mental, ya que, muchas de ellas suelen ser madre o mujeres embarazadas. Asimismo, víctimas de violencia domestica, sexual, extorsión, entre otras.
Recomendaciones
Finalmente, el informe vierte una serie de recomendaciones en las que solicitan al gobierno de Honduras crear alianzas estratégicas con los albergues a través de sus consulados en Guatemala y México. Mediante esta acción, se buscaría dignificar y mejorar los servicios que estos brindan, de manera diferenciada por género y aspectos interseccionales como sexo, diversidad sexual, mujeres embarazadas, niñez y adolescencia.
A su vez, recomiendan promover campañas preventivas de violencia sexual y una cultura de denuncia.
«Que el gobierno de Honduras brinde, a través de su currícula educativa, la educación integral en sexualidad como herramienta de empoderamiento y prevención de las violencias contra las mujeres«, cita el estudio.
Finalmente, a las organizaciones de sociedad civil y estatal solicitan adoptar el enfoque de género y SSR en programas que trabajan con la población migrante. Esto, para dar una respuesta integral.