CORTÉS, HONDURAS. Dos hombres fueron ultimados en un taller, la tarde de este viernes, en la colonia Sinaí del sector Rivera Hernández, de la ciudad de San Pedro Sula, zona norte del país.
Hasta el momento se desconoce el nombre de las víctimas. Preliminarmente se maneja que uno de los fallecidos había salido recientemente de un centro penal, sin embargo, esa información la confirmarán las autoridades.
De acuerdo con los informes preliminares, los jóvenes estaban sentados dentro de un taller y sujetos armados llegaron a dispararles en reiteradas ocasiones.
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Sus cuerpos quedaron tendidos en el suelo sobre un charco de sangre. Miembros de la Policía Nacional llegaron para acordonar la escena y realizar las pesquisas correspondientes.
Hasta el momento se desconocen más detalles del caso, se espera que las autoridades brinden un informe completo.
Por su parte, Medicina Forense se estaría trasladando al lugar para realizar el levantamiento de los cuerpos y trasladarlos a la Morgue Judicial sampedrana. Familiares no habían llegado a la escena.
Otro hecho violento
Lenin Bonilla Posadas y Enrique Antonio Rivera fueron ultimados a disparos en el interior de un taller de pintura ubicado a inmediaciones del Segundo Anillo, en San Pedro Sula.
Sobre el hecho violento se conoció, por parte de testigos, que a eso de las 2:30 de la tarde, una camioneta color negro, se estacionó frente al negocio.
De pronto se empezaron a bajar varios sujetos armados, vistiendo chalecos antibalas con el logotipo de la Policía Nacional. Entraron al taller y empezaron a disparar contra las personas ahí presentes.
Luego, los individuos regresaron al vehículo y se marcharon a gran velocidad. Los cuerpos de los fallecidos quedaron tendidos bocabajo, muy cerca uno del otro, con evidentes perforaciones de bala.
Minutos después, las autoridades informaron que hallaron en la colonia El Limonar un automóvil abandonado que cumplía con las características dadas por los testigos.
Los agentes de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) comenzaron las diligencias en torno al caso y, por ahora, manejan la hipótesis de que el hecho fue perpetrado por pandilleros.
Además, informaron que, supuestamente, el objetivo era Lenin Bonilla Posas, quien era el propietario del taller.
Los familiares de Enrique Antonio Rivera expresaron a los medios de comunicación que él era un hombre trabajador, tranquilo, que no tenía problemas con nadie. Asimismo, indicaron que nació y se crió en esa colonia.
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