AFP. La exsecretaria de Estado estadounidense Madeleine Albright, la primera mujer en ocupar este cargo en el gobierno en Estados Unidos, murió el miércoles a los 84 años, anunció su familia.
La jefa de la diplomacia entre 1997 y 2001, durante el mandato del presidente demócrata Bill Clinton, «incansable defensora de la democracia y los derechos humanos», murió de cáncer «rodeada de familiares y amigos», afirma en un comunicado.
Ella contribuyó a «cambiar el rumbo de la historia», declaró el presidente Joe Biden.
«Fue una inmigrante que huía de la persecución», dijo en un comunicado. «Desafió las convenciones, rompió barreras, una y otra vez», aplaudió Biden.
Madeleine Albright fue «una fuerza apasionada por la libertad, la democracia y los derechos humanos», elogió Bill Clinton. Subrayó también que su muerte fue «una pérdida inmensa para el mundo en un momento en el que más necesitamos las lecciones de su vida».
Humor y determinación
El expresidente rindió homenaje a algunos de sus combates, para «acabar con la limpieza étnica en Bosnia y Kosovo«, «apoyar una expansión de la OTAN a los países de Europa central» o «reducir el nivel de pobreza». Los libró, dice, sin perder nunca «su gran sentido del humor» ni «su determinación».
El Consejo de Seguridad de la ONU guardó un minuto de silencio en memoria de la que también fue embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas durante cuatro años (1993-1997), donde dejó su huella, especialmente durante la intervención de la OTAN en Kosovo.
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El sueño americano
Nacida el 15 de mayo de 1937 en Praga, Madeleine Albright es una refugiada que huyó del nazismo, refugiándose en Londres en 1939 con su familia judía.
Once años después, su familia, que había vuelto a Checoslovaquia, decidió emigrar a Estados Unidos cuando los comunistas tomaron el poder.
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Fue en Estados Unidos donde sus brillantes estudios le permitieron acceder a los peldaños más altos del poder.
«Vivió el sueño americano y ayudó a otros a conseguirlo», dijo George W. Bush sobre esta mujer que hablaba inglés, checo, francés y ruso.
En 2001, justo después de que Bush llegara a la Casa Blanca, creó el «Albright Group«, un gabinete de asesoría en estrategia internacional con sede en Washington e influyente en el panorama internacional.
El portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price, la calificó de «pionera» que «abrió puertas» en la profesión.
El ex primer ministro británico Tony Blair afirmó que era «una de las personas más sobresalientes» con las que tuvo el privilegio de trabajar y elogió su «profunda compasión por la humanidad».
El presidente israelí, Isaac Herzog, la definió como «un ícono feminista, una dirigente excepcional» y «una verdadera amiga de Israel».
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