Redacción. El líder cubano Fidel Castro ha muerto a los 90 años de edad.
La noticia la brindo su hermano, el presidente Raúl Castro, en la televisión estatal.
El mandatario agregó que en las próximas horas se anunciará cómo se realizarán las exequias de Fidel Castro, a quien se vio por última vez el pasado 15 de noviembre, cuando recibió en su residencia al presidente de Vietnam, Tran Dai Quang.
Es probable que serán funerales de Estado, que La Habana ha prometido apoteótico, a la altura de las circunstancias.
Será como tirar la casa por la ventana, en una isla que atraviesa una profunda crisis económica, escasez de alimentos y el férreo y ya anquilosado control político de los opositores.
Si la realidad está en el ojo de quien la observa, como dice un viejo aforismo, la isla del socialismo eterno parece confirmar esa visión.
Según a quien se consulte el régimen cubano comandado por Castro fue una arcaica prolongación de un comunismo absolutista perimido hace más de dos décadas.
O bien uno de los últimos faros de la izquierda, que irradió la luz de la justicia social en un cielo dominado por la guerra, el hambre y la pobreza capitalista.
Lo único que nadie puede negar es que con la muerte de Castro se fue el último líder de las revoluciones del siglo XX, un protagonista de la Guerra Fría que en 47 años de gobierno, que lo convirtieron en el más perdurable jefe de Estado del mundo, se topó con 10 presidentes de Estados Unidos y vio partir a nueve de ellos.
El primero y ultimo líder de la revolución cubana murió
Todos, sin excepción, intentaron «quitarse de encima» a Castro.
Primero con las armas, como John Kennedy en 1961 y la fallida invasión a Bahía de Cochinos, y luego con un embargo comercial que comenzó en 1962 y adquirió toda su fortaleza en marzo de 1996, cuando el presidente demócrata Bill Clinton promulgó la ley Helms-Burton.
Estadísticas cubanas hablan además de 637 intentos de magnicidio.
Pero Castro siempre estuvo ahí, promoviendo un comunismo de rancia estirpe soviética en su pequeña isla de 110.860 kilómetros cuadrados, en las propias barbas de su peor enemigo, la mayor potencia mundial.
Castro nació el 13 de agosto de 1926 en Mayarí, en el oriente, como hijo extramarital de un emigrado gallego de buena posición económica, Ángel Castro Argiz, y su cocinera, Lina Ruz González.
El padre dejó en manos de los jesuitas la enseñanza primaria de sus dos hijos varones, hasta que el ingreso de Fidel a la Universidad de La Habana, donde se graduó como abogado en 1950, lo colocó en el camino de la política.
Allí militó en la Unión Insurreccional Revolucionaria (UIR), grupo dirigido por el excéntrico EmilioTró.
La UIR era una organización que creía febrilmente en la violencia como método, pero su único programa de gobierno se basaba en el profundo anticomunismo de su líder.