TEGUCIGALPA. El presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras, monseñor Ángel Garachana, expresó que el actual gobierno, heredó varias calamidades de la anterior administración.
En declaraciones al medio Hoy Mismo, el religioso comentó que el gobierno afronta serios desafíos sociales.
«El gobierno heredó una situación sumamente crítica, heredó una serie de problemas muy radicales y crónicos», aseveró.
«No se solucionarán de la noche a la mañana»
El monseñor dijo que cada uno de los problemas que el gobierno debe solucionar, no lo harán de la noche a la mañana y que eso lleva tiempo.
Indicó que ya las autoridades están haciendo todo lo posible para ir corrigiendo cada uno de sus desafíos.
Agregó que el pueblo hondureño debe tener esperanza de que Honduras podrá ir mejorando poco a poco.
«Tengamos esperanza, colaboremos todos al cambio de la situación. Seamos una esperanza activa. Que nuestras autoridades, vayan planificando a un mediano plazo, para poder ofrecer una propuesta que no sea simplemente de remediar un aspecto concreto, sino un plan que ayude a nuestro pueblo para que no sea defraudado», señaló.
Ángel Garachana también estimó que es necesario que haya un cambio en todos los hondureños, pues solo así se verán cambios significativos en el país.
«Debe haber un cambio moral en cada uno, si no hay un cambio moral, si no hay un cambio en el comportamiento personal y social de cada hondureño, seguiremos en las misma situación», concluyó.
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«Honduras tiene que pasar de la muerte a la vida»
Por su parte, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, invitó al pueblo hondureño a dejar la violencia y corrupción para «resurgir» en una Honduras mejor.
Expuso que «Honduras tiene que pasar de la muerte a la vida, pasar de ese irrespeto a la vida. El que mata con armas y el que mata con la lengua, el que destruye el buen nombre y la fama del prójimo, el que mata con noticias falsas, con el engaño, con la mentira y la corrupción«.
Además, lamentó que Honduras esté pasando por un momento crítico, en donde la extorsión mantiene a las personas sumergidas en miedo y desesperanza a los ciudadanos.
«Qué triste que nuestro país haya quedado así, en manos violentas de extorsionadores. Por eso les pedimos que dejen la cultura de la muerte, dejen de matar, dejen de matarse entre ustedes. La resurrección nos compromete a defender la vida humana», sentenció.
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