REDACCIÓN. Comer piña durante el embarazo, como parte de las tres a cuatro raciones diarias de frutas, es sano y recomendable. No corres riesgo alguno y a cambio recibes vitaminas y minerales que te ayudarán en tu gestación.
En general, frutas como las naranjas, el mango, las fresas, las bananas o las piñas te suplen las ganas de comer dulces o calmar los antojos. Agua, fibra y propiedades antioxidantes hacen de estos alimentos infaltables compañeros de tu dieta.
La piña, sin embargo, en exceso o si eres sensible, te puede generar sensibilidad en la lengua y los labios. La bromelina y el ácido oxálico están detrás de este picor, que es normal, aunque menor mientras más madura esté la fruta.
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Detrás de los mitos hay una enzima: bromelina
La bromelina se encuentra concentrada en el tronco. Es decir, en lo que se descarta cuando se corta la planta. Es cierto que la enzima también se encuentra al interior de la fruta o en las rodajas, pero está sobre todo en el cilindro central, que es igual de descartable.
Esta enzima, que se encuentra exclusivamente en la piña, degrada las proteínas en tu lengua, las convierte en aminoácidos y es causante del escozor. Lo que ocurre es que a medida que comes, va desapareciendo la mucosa que recubre tu lengua y tu paladar. Por esta razón, no te debes exceder, para que la sensación no pase de allí.
¿Qué aporta la bromelina de la piña?
La bromelina ha sido empleada en tratamientos para la acidez estomacal. También, para combatir la sinusitis, en problemas de absorción intestinal y en lesiones de los tejidos conectivos. Es un componente que se usa para ablandar carnes y como antiinflamatorio cuando se consume en ayunas.
Beneficios nutricionales de la piña en el embarazo
Comer piña durante el embarazo te ofrece beneficios, en especial porque es diurética. Así evitarás retención de líquido. La fibra y el agua te ayudan a prevenir el molesto estreñimiento.
Además, una piña fresca, en hasta dos rodajas, te darán vitamina B y C. Las vitaminas del grupo B te suministran de manera natural el ácido fólico para el desarrollo neurológico del feto.
La piña es rica en macro y micronutrientes. Tiene más de un 80 % de agua y contiene carbohidratos en un 13 % de su peso.
Tiene muy baja concentración de sodio y grasas. En cuanto a los azúcares, en la piña se encuentran sacarosa, fructosa y glucosa.
La vitamina C, por su lado, fortalece el sistema inmunitario. En 100 gramos de pulpa hay cerca de 300 miligramos de vitamina C, más de lo requerido para un adulto. En tu caso, embarazada, necesitas de 80 a 85 miligramos de vitamina C y una taza de piña ya te proporciona aproximadamente 79 miligramos.
Necesitas comer piña en el embarazo para la formación de colágeno, esencial para el desarrollo y el crecimiento del feto. Y por cierto, en el primer trimestre, la vitamina B6 presente en la piña te ayuda a combatir las náuseas.
Suma a todo ello que el yodo de la piña actúa favorablemente sobre el funcionamiento de tu tiroides. Por ende, también contribuye al desarrollo de la glándula en el feto.
Comer piña durante el embarazo es a prueba de creencias
Si bien solo en la piña se encuentra la bromelina, su acción sobre el cuello uterino aparece cuando es suministrada en grandes cantidades. Se calcula que si te comes 10 piñas de una vez provocarías el efecto, lo que resulta descabellado.
En fin, no te eximas de un alimento que propicia tan buenas noticias para tu cuerpo. La piña es aliada para satisfacer antojos y ansiedad, porque al comerla experimentas menor sensación de hambre y se aceleran procesos metabólicos que hacen que te sientas con mejor ánimo.
Como dato curioso, un estudio afirma que la piña no funciona como espermicida, sino más bien como un activador espermático. De modo que, si en tus planes está quedar embaraza, comer piña con tu pareja también puede ayudar.
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