TEGUCIGALPA, HONDURAS. A diario, son cientos de hondureños que emprender una ruta migratoria hacia Estados Unidos (EEUU), con la finalidad de lograr el «sueño americano», sin embargo, en la travesía, se encuentran con ciertos obstáculos.
Así es el caso del hondureño Dirlan Hernández. Su sueño de llegar hasta los Estados Unidos se hizo pedazos. Luego de una larga travesía desde su natal Honduras logró cruzar la frontera, pero contó a la Agencia Francesa de Prensa (AFP) que lo detuvieron y deportaron bajo engaños desde México.
Casos como el de Dirlan se multiplican en la ciudad Juárez en México, desde ese lugar, como cita AFP, han devuelto a más de 300 migrantes indocumentados solo en esta semana. A pesar de que hay una flexibilización de algunas políticas por parte del presidente de los EEUU, Joe Biden, el retorno sigue.
Hernández pasó detenido dos días en McAllen, Texas, junto a su pequeño hijo de tres años. Un agente estadounidense le dijo a Dirlan, de 30 años, que lo iban a trasladar hasta Miami, detalla AFP.
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Dura prueba y duro camino
Dirlan reparó hasta horas después el lugar donde lo dejaron, ese sitio a más de mil kilómetros de McAllen. No se trataba de la tropical Florida, sino más bien de la desértica ciudad de Chihuahua, en México, confirmó a AFP.
El hondureño rompió en llanto en pleno puente fronterizo, allí dijo «cuando miré la bandera de México y miré que decía Ciudad Juárez, me di cuenta. No pensé que nos iban a tirar como si nada».
A los indocumentados, de acuerdo al relato de AFP, los expulsan a diario bajo el «título 42», una norma que se instauró en marzo del 2020 por el entonces presidente Donal Trump. La finalidad de la medida era prevenir la propagación del COVID-19 y hasta la fecha está vigente.
A consecuencia de lo anterior, los albergues en Ciudad Juárez están llenos de migrantes. Dirlan lamentó que, «mi niño tiene dos días, dos noches, que no lo baño y no hay nada».
«Zona gris «
Marisa Limón, de la ONG estadounidense para migrantes Hope Border Institute, lamentó que a muchos migrantes los sigan engañando traficantes de personas, estos les dicen que la frontera está abierta para todos.
En la actualidad, de acuerdo a AFP, Estados Unidos recibe a extranjeros que están registrados en los desactivados Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, en inglés), política que Trump con la que forzaba a demandantes de asilo a que esperaran respuesta en territorio mexicano.
Limón, agregó en sus declaraciones que, «ahorita todo está en gris, estamos dando la bienvenida (en Estados Unidos) a las personas que están saliendo del MPP y al mismo tiempo estamos recibiendo (en México) a las personas expulsadas bajo el Título 42″.
Esa zona gris tiene matices, según el perfil del migrante
AFP dice, que en Brownsville, una ciudad que limita con la Matamoros (noreste) y a más de mil 300 kilómetros de Juárez, la Patrulla Fronteriza distingue entre migrantes adultos y solteros, a estos los devuelven de una manera muy rápida.
En el caso de las madres con niños, las detienen, pero luego los asisten para que tramiten asilos o atención especial. A los niños que están solos los ayudan a que se vuelvan a encontrar con su familia y se libera a las madres con documentos para circular de manera legal, así lo constató AFP.
Clima de desconcierto y esperanza
Además, AFP señala que esta política le está pasando factura a Biden, acusado por la oposición republicana de provocar una «crisis» en la frontera. Solo en el mes de febrero detuvieron a 100 mil personas que intentaron ingresar a los Estados Unidos.
La creciente problemática forzó esta semana al presidente estadounidense a pedirle directamente a los migrantes que «no vengan», así lo dijo Biden durante una entrevista con ABC News.
Marisa Limón, insiste que, «es ilegal negar el acceso al asilo a estas personas», a la vez de acuerdo a la AFP se muestra preocupada por los migrantes que siguen llegando a probar suerte.
En México, el estatal Centro de Atención Integral para Migrantes (CAIM) ayuda a deportados con comida, agua y asesoramiento, aunque con los 18 albergues de Ciudad Juárez llenos no puede ofrecerles alojamiento, describe AFP.
«Vemos mucho desconcierto, mucha tristeza, porque apenas hasta que regresan se vienen enterando que han sido retornados (a México)», explica Enrique Valenzuela, coordinador del CAIM. Y mientras unos regresan abatidos, otros siguen llegando con esperanzas.
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