HONDURAS. Partió en diciembre, aferrada a un «coyote» en búsqueda del sueño americano y estuvo bajo condiciones inciertas por casi dos semanas, pero no sabía que una oportunidad le aguardaba en su tierra natal.
Junto a su padre, Aida Aracely Márquez se enfundó en la ilusión de alcanzar el norte del continente; sin embargo, 13 días después, tras una larga espera por unos trámites en México, su anhelo sufrió el revés de una deportación.
Aunque aquello le parecía trágico en el momento, no suponía que su vida en Honduras tendría un cambio súbito. Recién culminó sus estudios que le permiten ejercer como enfermera auxiliar.
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Una nueva vida
Ella agradece a la Comisión de Acción Social Menonita, pues esa institución le otorgó una beca, misma que aprovecharía a plenitud, pues se graduó con la distinción de excelencia académica.
«Logré una meta más», expresó ella en una breve entrevista con Telenoticias. Allí contó y mostró que está atendiendo pacientes en el centro de Salud de la comunidad de Quebrada Seca en Choloma, departamento de Cortés.
En plena emergencia sanitaria por COVID-19, Márquez está haciendo una práctica; entre tanto, se mantiene a la expectativa de una oportunidad laboral en el rubro que eligió.
Empero, aunque se muestra contenta con lo que hace actualmente, su intención es cumplir pronto con otro sueño. Aunque siempre en el área de la salud, Márquez quiere cuidar de los animales.
«Por ahora quiero trabajar, desempeñarme en lo que estudié y más adelante seguir aprendiendo y convertirme en una veterinaria», aseveró, con un notable gesto de alegría, que se evidencia más allá de su mascarilla y deja atrás el terror que sufría cuando quiso huir.
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