CORTÉS, HONDURAS. «¡Le ahogaron el bebé porque iba llorando mucho!», una experiencia traumática, con recuerdos aún frescos en su mente, a veces, imposible no traerlos a memoria, fue lo que vivió Doris Pacheco durante un recorrido hacia Estados Unidos en busca del «sueño americano«, del cual debió despertar.
Doris es apenas una jovencita de 19 años de edad, quien, ante la falta de oportunidades en su país, tomó la decisión de probar mejor suerte al norte del continente. Originaria de Tocoa, Colón, estuvo detenida 20 días en una cárcel estadounidense, y durante los nueve que duró su recorrido vio episodios que jamás podrá borrar de sus recuerdos.
Particularmente, la muchacha con especial detalle el momento en que cruzó el caudaloso río Bravo, donde cientos de migrantes como ella, de diferentes nacionalidades han muerto ahogados. Tan solo pensar en que pudo haberse convertido en una víctima más le da escalofríos.
«Se siente temor al pasar el río, porque en el momento que se va en el grupo ya en el río, ya para llegar al otro lado, te tiran. Ahí se tiene la opción de caer al río o caer al lodo. Yo me hice caer al lodo, por no mojarme. Da mucho temor, porque al momento que suben muchas personas a un solo neumático y se sale el aire», rememoró Doris, con voz entrecortada.
Presenció el homicidio de un bebé
Ahora bien, sin duda, para Doris, la escena más perturbadora que presenció durante su travesía fue cuando el «guía» que los traslada ahogó a un bebé en el río, hijo de una mujer migrante, porque no paraba de llorar.
«Algo que nunca olvidaré en este odisea es que a una muchacha le ahogaron el bebé porque iba llorando mucho», recordó entre lágrimas.
Para la muchacha, quien aún no es madre, fue extremadamente difícil asimilar lo que acababa de acontecer. Nadie, mucho menos ella, entendía cómo el guía fue capaz de cometer tal acto.
«Uno se conmueve, pero uno tiene que ser fuerte en esos momentos, porque ahí es la decisión de cada guía. Ahí no se puede reaccionar, porque puede perder su vida también”, agregó. “Se siente dolor al ver otra persona. Uno se siente conmovido al verlos en la derrota. Uno siente lo mismo», cerró Doris.
Niños migrantes
Millones de niños se desplazan de un lugar a otro, dentro y fuera de sus fronteras. En muchos casos, los niños viajan solos, sin nadie que les proteja, siendo especialmente vulnerables frente a la explotación, el abuso o cualquiera de las distintas formas de violencia. Son niños y niñas que forman parte de un movimiento mucho mayor de población migrante que tiene lugar en todo el mundo.
Los niños migran por una infinidad de razones, voluntarias e involuntarias. Hay veces que viajan a otros lugares en busca de las oportunidades que no encuentran en su propio país. Otras veces, los niños son forzados a desplazarse bien por causas como la pobreza, la violencia o los desastres naturales o porque se convierten en víctimas de tráfico o explotación. Hay niños que sin ser forzados a abandonar sus países, son empujados a vivir en la calle.
Récord de niños en la frontera
Casi 19.000 menores no acompañados llegaron en marzo a la frontera de Estados Unidos con México. La cifra anunciada por el gobierno de Estados Unidos es la más alta jamás registrada en un mes y supone un test para la nueva presidencia de Joe Biden.
El gobierno de Biden decidió dejar de expulsar a los niños que llegan solos, algo que la presidencia de Donald Trump hacía, y entregarlos a familiares que ya viven en el país mientras los tribunales estudian sus casos.
La patrulla fronteriza (CBP) encontró a 18.663 menores (algunos niños de sólo 3 años de edad) en marzo, muy por encima de los 11.475 de mayo de 2019 y los 10.620 de junio de 2014, que eran las cifras más altas desde que se empezaron a contabilizar en 2009.
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