La emergencia sanitaria por COVID-19, que continúa en una curva ascendente, infligió un sinfín de daños a la economía de Honduras. Expertos consideran que ningún precedente afectó más y avizoran un camino de recuperación plagado de dificultades.
Y no sólo el corazón de Centroamérica sufre las consecuencias monetarias de la pandemia. El mundo entero se sumergió en condiciones históricamente atípicas. Prácticamente ningún producto se salvó de las garras del imprevisto suceso.
Caída mundial del azúcar
La venta de azúcar, por ejemplo, se derrumbó. De por sí, el sector ya venía peleando contra el nuevo estilo de vida de varios países que, por salud, ofrecen alternativas a las bebidas y alimentos azucarados.
La crisis redujo, aún más, la búsqueda del endulzante. Según el grupo Czarnikow, en solo una temporada se redujo un 1.2 %, lo que se traduce en unas 170 millones de toneladas.
Por febrero, según la Organización Internacional del Azúcar (OIA), el precio se mantenía y llegó hasta a 15.23 centavos de dólar la libra; es decir, 3.80 lempiras. No obstante, el COVID-19 orilló a los productores hacia un desplome en los precios.
En su momento (el 27 de abril), la libra bajó hasta 9.42 centavos de la moneda estadounidense, o sea, solo 2.35 lempiras.
¿Y las bajas para Honduras?
No obstante, pese al panorama mundial, en el país cinco estrellas la industria azucarera se colocó una coraza inquebrantable ante las rebajas.
El desembolso de L9 por cada libra se mantuvo por un tiempo, e incluso, desde finales de marzo, el Gobierno permitió que se pagase hasta 10.50 lempiras.
Y, aunque las autoridades estatales fijaron ese valor, según la Fundación Hondureña de Investigación Agrícola (FHIA) el hondureño ya paga hasta L12. A eso se suma que algunos vendedores se han aprovechado de la situación para vender aún más caro, bajo precios antojadizos.
Para poner más contexto a las diferencias, es oportuno que usted preste atención al siguiente análisis de datos, en base con un ejemplo.
El precio internacional del azúcar en marzo fue un promedio de 11.83 centavos de dólar por libra, 10.21 en abril, 11.00 en mayo, y 12.10 en junio.
Por tanto, si un ciudadano foráneo compró una libra de endulzante cada mes, desembolsó un total de 45.14 centavos de dólar, lo que equivale a 11.24 lempiras.
Mientras que, el precio en Honduras, según el Gobierno, se situó en L10. Si una persona pagó por nada más una libra de azúcar mensual, desembolsó L40.
Las matemáticas no mienten. En esa hipotética situación, un hondureño pagó casi 29 lempiras más en ese lapso, y nunca se benefició de las fluctuaciones en el mercado internacional.
Pero, aunque es innegable que a los «dueños» del sector azucarero en Honduras no les interesó dictar siquiera una rebaja, mas bien se muestran inconformes, asegurando que su intocable negocio será perjudicado.
Juego de «víctimas»
Pese a su condición dominante, donde modifican a placer, el monopolio azucarero de Honduras advierte que aquejarán afectaciones por las incidencias internacionales. Aunque se rigen por la ilegalidad e impunidad, se muestran como un sector vulnerable.
«Nos estamos viendo afectados porque Brasil y la India tienen subsidios y esto impacta directamente en el precio del azúcar y afecta los mercados de los países productores como Honduras y las demás naciones de Centroamérica», manifestó el vocero de toda la industria azucarera en el país.
Además, dejó entrever que la contracción de la economía mundial torna difícil el acceso a los mercados; en ese sentido, Honduras tendría problemas de exportación. Y es que, aparte del acaparamiento total de las ventas en Honduras, también envían productos a Estados Unidos, Europa y Taiwán, entre otros lugares.
El sector de azúcar ya evidenció que no está dispuesto a ceder en materia de precios. Mas, ahora sí se pronuncian y es para mencionar que en otros países reciben bonos y demás ante la circunstancias por el coronavirus. ¿Con qué objetivo lo hacen? ¿Buscan los representantes del monopolio azucarero que les den aún más beneficios, dentro de su desmesurado poder?
Ahora queda esperar qué reacción tendrá el Gobierno ante lo expuesto por los productores de azúcar. ¿Les «ayudará», cuando ellos no le echan la mano al pueblo, y sus acciones denotan que nada más pretenden potenciar sus ganancias? ¿Además de permitirles ser «intocables», qué otras facilidades podrían entregarles? El tiempo dirá.
Lea también – La intocable industria del azúcar de Honduras: CISA actúa e impone precios como un monopolio
¿Quiénes manejan los hilos del azúcar en Honduras?
Si usted busca azúcar en el territorio nacional, solo encontrará tres marcas en los expendios: El Cañal, Doña Matilde y Prieta. Además, están las variaciones El Cañal Premium y Doña Matilde Morena.
El procesamiento de esa azúcar está bajo la gestión de seis ingenios azucareros, enumerados a continuación:
- Azucarera Tres Valles S.A., ubicada en Cantarranas, Francisco Morazán.
- Compañía Azucarera Hondureña S.A., ubicada en Villanueva, Cortés.
- Azucarera La Grecia S.A., ubicada en Marcovia, Choluteca.
- Azucarera Choluteca S.A., ubicada en Marcovia, Choluteca.
- Compañía Azucarera SER Chumbagua, ubicada en San Marcos, Santa Bárbara.
- Azucarera Yojoa S.A., ubicada en Río Lindo, Cortés.
De manera institucional, la representación de este rubro recae sobre las dos entidades mencionadas previamente, la Asociación de Productores de Azúcar de Honduras (APAH) y la Central de Ingenios S.A. (CISA).
Es importante apuntar que CISA se encarga de la comercialización y la venta de las producciones azucareras, bajo parámetros secretos, sin injerencia alguna.
El dominio de la industria del azúcar en el territorio nacional es tan vasto, que usted no verá marcas de azúcar extranjera en los recintos de abarrotería.
Además, es indispensable mencionar que la concentración de poder en la industria azucarera es tan alta que los mismo propietarios de los ingenios son socios de CISA, la única comercializadora del producto.
Productores y socios de la comercializadora, una violación a la Ley para la Defensa y Promoción de la Competencia de Honduras. Pero, ¿quién puede hacerle frente al monopolio azucarero? Más de una década esquilmando el bolsillo de los hondureños y amparándose en recursos legales engavetados.
Amplíe la información: Con recurso legal, azucareros de Honduras ocultan oligopolio desde 2006
Cifras
El año anterior, según cifras del Banco Central de Honduras (BCH), la agroindustria azucarera aportó el tres por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) agrícola y 1.6 por ciento del PIB nacional.
Además, se informó que se sembraron cerca de 60 mil hectáreas de caña; esas parcelas producen unas 539 toneladas métricas de azúcar al año. En la zona norte, noroocidental, central, y sur del país la industria emplea más del 40 % de la Población Económicamente Actica (PEA) del área rural. Eso representa más de 200 mil empleos.
En 2019 se exportó casi cuatro millones de azúcar, lo que representó un aumento de unos 223 mil quintales en comparación a 2018. Mientras que, en los primeros cuatro meses de 2020, las ventas suman unos 49.2 millones de dólares.
En virtud de lo anterior, se interpreta que, aunque jueguen a las «víctimas», cada vez es más rentable y oportuno el negocio para aquellos que lo dirigen y sin regulación ni competencia, bajo un irrefutable monopolio.
Suscríbete gratis a más información en nuestro WhatsApp haciendo clic en el enlace: bit.ly/whatsapptiempo