DE MUJERES. El metabolismo es el sistema por el cual todo aquello que comes y bebes se transforma en energía. A veces, puede ir más rápido o, al revés, más lento de lo que debería y puede conllevar un aumento de peso.
En ese sentido, para que esto no ocurra, hay varias formas para hacer que tu cuerpo vuelva a encontrar el equilibrio. Aquí te las contamos:
Aumentar la masa muscular
El cuerpo quema calorías de forma constante, incluso cuando está en reposo y el ritmo al que se queman estas calorías es mucho mayor en aquellos con más masa muscular.
Cada medio kilogramo de tejido muscular utiliza aproximadamente unas 6 calorías diarias solo para mantenerse, mientras que la misma cantidad de grasa tan solo quema 2 al día. Aunque, parece una diferencia minúscula, la cantidad puede variar conforme mejora la forma física ya que, cuando se activan los músculos, el ritmo metabólico aumenta.
Más ejercicio aeróbico
El ejercicio aeróbico no ayuda a construir masa muscular, pero da un gran subidón al ritmo metabólico durante varias horas después del entrenamiento. La clave está en esforzarse y llegar al límite: el ejercicio de alta intensidad aporta un aumento considerable del índice metabólico basal (la cantidad de energía que gasta el cuerpo en completo reposo) y ayuda a quemar más calorías que un entrenamiento de medio o bajo nivel.
Para disfrutar de los beneficios de este estado, basta con tomar una clase más intensa en el gimnasio o trabajar con intervalos de intensidad como, por ejemplo, intercalar caminar con sprints.
Tomar más agua
El cuerpo necesita agua para procesar las calorías. En una situación de deshidratación, por leve que esta sea, el metabolismo se ralentiza. Según algunos estudios, los adultos que beben ocho o más vasos de agua al día, queman más calorías que aquellos que solo toman cuatro.
Para mantener el cuerpo hidratado, basta con tomar un vaso de agua (o cualquier otra bebida no carbonatada sin azúcar) antes de cada comida o aperitivo. Consumir frutas y verduras frescas en lugar de snacks también ayuda, ya que contienen agua de forma natural.
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Añadir un toque picante a las comidas
Los alimentos picantes tienen químicos naturales que suben el ritmo del cuerpo para quemar calorías, y un gesto tan sencillo como añadir una pequeña cucharada de chili rojo o verde a la sartén y olla puede mejorar con creces el metabolismo.
Aunque el efecto no es muy duradero, hacerlo de forma regular en las comidas principales lo mantendrá durante la mayor parte del día. Una forma fácil de hacerlo es añadir una pizca de pimentón picante, cayena o copos de chili rojo a los guisos, pistos o platos de pasta.
Café negro
El café es una de las bebidas más populares para comenzar el día, debido a la inyección de energía y concentración que aporta al organismo. Tomándolo siempre con moderación, puede ayudar a aumentar el metabolismo por un corto periodo de tiempo.
La cafeína, además, hace que el cuerpo resista más al cansancio y tenga más resistencia durante el ejercicio físico.
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