El Mazda CX-5 es todo un best-seller para la marca japonesa. A finales de 2019 acumulaba más de 2.870.000 unidades comercializadas en más de 130 países, y este modelo supone más del 30 por ciento del total de las ventas de Mazda.
Ahora, Mazda actualiza de nuevo el CX-5, que se lanzó al mercado originalmente en 2012, vio la llegada de su segunda generación en 2017, y ya tuvo un restyling durante 2019. Por ello, los cambios son menores. Aquí puedes leer la prueba del Mazda CX-5 2.0 Skyactiv-G.
Lo que cambia en el diseño del nuevo Mazda CX-5
Con los últimos cambios tan recientes, no tenía mucho sentido volver a “afilar” la silueta del CX-5, que sigue plenamente al día. Mazda aprovecha esta actualización, más técnica que estética, para añadir un nuevo color de carrocería que denomina Polymetal Grey Metallic.
Es un tono de gris que incluye distintas capas, con un pigmento especial que otorga una sensación de mayor calidad cuando refleja la luz. Por lo demás, exteriormente apenas cambian los logos.
En el interior sí hay un cambio importante: la pantalla del sistema Mazda Connect crece y pasa a tener 8 pulgadas de diagonal, además de incluir una nueva funcionalidad: un modo de visualización que permite controlar el funcionamiento del sistema de desconexión de cilindros (otra de las novedades) para el motor 2.0 de gasolina en tiempo real.
También se ha cambiado el diseño de la llave y el material utilizado en algunos tapizados.
Motores: más eficiencia con cilindros desconectables
La gama de motores sigue contando con versiones gasolina y diésel. La novedad principal es que el interesante 2.0 Skyactiv-G de gasolina, con 165 CV de potencia, están equipados con un sistema de desconexión selectiva de cilindros en el caso de la variante con cambio manual.
La gama se completa con el Skyactive-G de 2,5 litros y 194 CV, y con el Skyactiv-D turbodiésel en variantes de 150 y de 184 CV.
Mazda asegura haber dado una vuelta de tuerca más a todo lo relacionado con el confort a bordo, mejorando el aislamiento acústico y el trabajo de las suspensiones para eliminar cualquier posible vibración en el habitáculo. Las versiones con tracción total mejoran sus cualidades fuera del asfalto gracias al nuevo Off-road Traction Assist, que coordina el funcionamiento de la tracción a las cuatro ruedas AWD y del control de tracción TCS para mejorar la motricidad.
En cuanto a sistemas de seguridad, la versión 2020 del Mazda CX-5 incluye por primera vez un sistema de detección de peatones que funciona por la noche, así como una funcionalidad para las luces automáticas que permite que se active la luz de cruce unos 30 minutos antes de que se produzca la caída del sol, para que el coche sea más visible para otros usuarios de la vía cuando las condiciones de luminosidad empiezan a caer.
Fuente: www.highmotor.com
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