YORO, HONDURAS. Un hombre, que trabajaba como taxista, fue ultimado a disparos y los malhechores dejaron un nota, la tarde de este lunes, en el barrio Montevideo, del municipio de El Progreso, Yoro, zona norte del país.
La víctima fue identificada como Julio López, quien era conductor de un taxi, tipo turismo, con el número de registro 0695.
De acuerdo con informes preliminares, sujetos armados interceptaron al hombre y le dispararon en reiteradas ocasiones hasta acabar con su vida.
El cuerpo del hombre quedó boca abajo en un charco de sangre. El vestía una camisa negra, un jean color azul y unos tenis negros.
Mensaje dejado tras matar taxista
Los responsables luego de cometer el crimen, dejaron un letrero con una advertencia en la parte trasera del automóvil.
«Este es un mensaje para todos los que colaboran con cualquier banda u organización para el cobro de la extorsión, sea en el rubro urbano o negocios en particular. Esto mismo les va a pasar. La Dieciocho», decía la nota.
Miembros de la Policía Nacional se apersonaron al lugar y comenzaron con las indagaciones del caso. En tanto, Medicina Forense se hará cargo del levantamiento del cuerpo.
De acuerdo con los indicios recabados en torno al hecho, se maneja que el crimen se debe al cobro de extorsión, sin embargo, las autoridades deberán confirmar la información.
Familiares de la víctima se hicieron presentes para reconocer el cuerpo, luego deberán reclamarlo a la morgue para darle cristiana sepultura.
Autoridades del sector transporte han manifestado su preocupación por la muerte violenta de los transportistas en los últimos días.
Otro hecho
El conductor de un bus «rapidito» fue acribillado dentro de su unidad, ayer, domingo, en la colonia La Laguna, en Tegucigalpa.
Reportes indican que la víctima se encontraba dentro del bus, cuando de repente varios criminales aparecieron frente a la unidad y sin mediar palabras le dispararon en reiteradas ocasiones.
La mayoría de los impactos de bala fueron a dar a la cabeza del hombre, quien murió al instante.
El cuerpo del hombre quedó dentro del «rapidito», en la parte del chófer, mientras que en la escena del crimen varios vidrios de la unidad quedaron destrozados.
Al lugar llegó una mujer, quien dijo que conocía a la víctima y reveló que el difunto respondía en vida al nombre de Edras Ezequiel Guzmán, quien era padre de dos niñas pequeñas.
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