Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han fabricado una mascarilla que, aseguran, es capaz de inactivar el SARS-CoV-2, el virus causante del covid-19.
Se trata de un cubrebocas «antimicrobiano» que tiene tres capas, «la externa y la interna son de algodón y la intermedia está formada por nanocapas de plata-cobre depositadas en polipropileno», detalla una nota de prensa de la Gaceta UNAM.
«Al usar una mezcla de plata-cobre formando una nanocapa de espesor entre 30 y 40 nanómetros, se ofrece una doble protección contra el virus y bacterias», dice el boletín, en el que se señala que esa nanocapa «inactiva al SARS-CoV-2».
«Al contacto con la nanocapa de plata-cobre, la membrana del SARS-CoV-2 se rompe y se daña su ARN», explican.
La mascarilla, elaborada por un grupo del Instituto de Investigaciones en Materiales de la UNAM, con el apoyo de la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México, fue bautizada con el nombre de ‘SakCu’. Este es un acrónimo del vocablo maya Sak, que significa plata, y Cu, que es el símbolo químico del cobre.
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Las pruebas
El equipo de investigadores llevó a cabo las pruebas de su mascarilla en colaboración con el Hospital Juárez de México.
«Se colocaron gotas con el virus tomadas de pacientes positivos a la covid-19 sobre la película de plata-cobre depositada en polipropileno. Luego, se observó que, según la concentración viral, si era mucha, el virus desaparecía en más de 80 % en unas ocho horas. Si la carga viral era baja, en dos horas no se detectaba nada del ARN del virus».
Las nanocapas de plata y cobre también se pusieron a prueba con un grupo de cinco bacterias de origen hospitalario.
Estas bacterias causan las infecciones nosocomiales y se demostró que «casi todas ellas a partir de cuatro horas eran eliminadas al 100 %».
De acuerdo con sus creadores, la mascarilla es reutilizable y se puede lavar hasta 10 veces sin perder sus propiedades biocidas.
Asimismo, debido a que las gotas con virus o bacterias se inactivan con su contacto, aunque el SakCu se deseche de manera inadecuada, no será un problema al no permanecer contaminado, como muchos de los cubrebocas que se tiran a la basura.
Actualmente, en la UNAM tienen la capacidad para producir al menos 200 mascarillas al día.
Además del SakCu, los investigadores proyectan fabricar un cubrebocas tipo quirúrgico, que se podrá lavar de tres a cinco veces.
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