REDACCIÓN. A más de 180 asciende el número de víctimas por el conflicto armado entre el ejército y paramilitares por el control de Sudán.
El combate continúa por tercer día consecutivo en Jartum, capital del país africano. Volker Perthes, enviado de las Naciones Unidas, informó a los medios que «al menos 185 personas han muerto y unas 1,100 han resultado heridas» desde que comenzó el brutal enfrentamiento.
Señaló que ambos bandos están usando tanques, artillería pesada en zonas muy pobladas. También, detalló que «aviones de combate surcan los aires y las baterías antiaéreas iluminaban los cielos al caer la noche».
Podrían ser más víctimas
Según la prensa local, el número de bajas podría ser mayor debido a que hay muchos cuerpos en las calles de Jartum. Aún no hay un reporte oficial de víctimas civiles y caídos en combate por parte de las autoridades.
Hospitales cerrados, millones de habitantes encerrados en sus casas y escasez de suministros ha dejado el brote de violencia desencadenado por los dos principales generales de Sudán.
Testimonios
Awadeya Mahmoud Koko, presidenta de los vendedores de té, dijo a los medios que «hay disparos y artillería por todos lados”. Agregó que una ráfaga de disparos impactó la casa de un vecino el domingo, dejando al menos tres muertos. “No pudimos llevarlos al hospital o sepultarlos”.
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También, al menos 88 estudiantes y empleados están encerrados en la biblioteca de la Universidad de Jartum desde el inicio del conflicto, informó un alumno a través de un video.
Además un estudiante murió durante los enfrentamientos que se registraron fuera del lugar y otro más resultó herido, afirmó el alumno. «No contamos con agua ni alimentos», destacó, mientras mostraba una sala repleta de personas que dormían en el piso.
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Los generales no cederán
Ante la presión internacional, los generales Abdel Fatah al Burha (Militar) y Mohamed Hamdan Daglo (paramilitar) habían acordado recientemente un pacto con partidos políticos y grupos prodemocráticos, pero la firma se aplazó recientemente a medida que las tensiones se intensificaban debido a la integración de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) a las Fuerzas Armadas y por la futura cadena de mando.
Ninguno de los dos generales ha cedido, han exigido la rendición del otro y han descartado negociaciones.
Daglo, cuyas fuerzas se originaron en las milicias Janjaweed de la región de Darfur, se ha proyectado como un defensor de la democracia y ha calificado a Burhan como el agresor y un “islamista radical”. Ambos generales tienen un largo historial de violaciones a los derechos humanos y sus soldados han reprimido a activistas pro democracia.