LEMPIRA, HONDURAS. La tala ilegal y la quema de árboles amenaza a la Montaña Camapara y a las comunidades que se benefician de ella con el agua, al ser la zona más importante que los abastece de agua.
Son unas cuatro manzanas de tierra que han sufrido el impacto, y más de cinco mil árboles de liquidámbar son los que han sido talados con hacha, informaron autoridades. Hasta ahora, no se tienen nombres de responsables, y únicamente han dicho que siguen investigando.
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Se menciona que tres comunidades principales son las que limitan con la montaña, estas son: La Campa, San Marcos Caiquín y Santa Cruz, donde se encuentra la Reserva Indígena.
Pero la realidad es que no solo esos tres sitios son los que se verán afectados si la deforestación sigue incrementando, y es que, otros lugares también se abastecen del agua que sale directamente de Camapara, un área valiosa para la conservación dentro del territorio de Biósfera Cacique Lempira Señor de las Montañas.
La Montaña Camapara es una zona proveedora de servicios ecosistémicos y conservación de bosque nublado, siendo el hábitat de especies de importancia como el quetzal (Pharomachrus mocinno), tucanillo verde (Aulacorhynchus prasinus), jilguero (Myadestes occidentalis, Myadestes unicolor), pava de montaña (Penelopina nigra), entre otros.
Un informe de la Mancomunidad de Municipios del Parque Nacional Montaña de Celaque (MAPANCE) ilustra que los bosques nublados son ecosistemas vitales para la captación de agua, gracias a que sus árboles atrapan la lluvia.
Sin embargo, la amenaza es inminente, pues de no hacer algo a tiempo, la deforestación avanzará por más manzanas y llegará a las «peores» consecuencias. Esta reserva abastece de agua a más de 20,000 personas en diferentes municipios.
Se los detallamos:
- En Gracias: Mejocote y Rodeo El Pinal.
- La Campa: Soanoi, Cruz Alta, Mataras.
- La Campa «Casco urbano»: Barrio San Matías, Nueva Esperanza, Mezcalillo, Apangual, Cañadas, Monqueta, San Cristóbal, Tontolo, Camalote.
- San Marcos Caiquín: Casco urbano, Tierra Colorada, Azacualpa, La Misión, Arcamon, Coalaca y Suntulin.
- San Manuel de Colohete: Membrilla.
La «gran pregunta» es: ¿Cómo estas comunidades se abastecen? Primeramente se conoce que Camapara tiene alrededor de 6 microcuencas de agua, las cuales salen directamente de la parte alta de la montaña. Una de ellas, según un informe del Parque Nacional Celaque, tiene una extensión territorial de 257.4 hectáreas.
Asimismo, hay pequeños nacimientos que bajan y se unen con otros, y así se forman una quebrada o riachuelo.
Un poblador del área indicó que los habitantes de estas zonas que se benefician con el agua de la montaña, la ocupan principalmente para consumo humano y necesidades básicas, pero también para regar sus cultivos y evitar que se sequen.
Según explicó, las personas acomodan las tomas desde las quebradas y llevan el agua hasta las comunidades. Incluso, algunos tienen hasta sistemas de riego, uno en especifico se encuentra en Llanos de Otolaca, en Nueva Esperanza.
El ciudadano mencionó que las consecuencias para estas comunidades que se abastecen de la montaña serían insuperables. Es por ello que, incansablemente siguen exigiendo a las autoridades tomar cartas en el asunto.
¿Qué pasará?
De continuar la deforestación y si se pierde Camapara, las áreas se quedarían sin el beneficio, lo que llevaría a que tengan que perforar pozos para obtener el agua del manto acuífero.
Otra de las cosas que harían es consumir agua de algunas quebradas que están contaminadas, lo que llevaría a un problema mayor, pues se expondrían al riesgo de las enfermedades.
El hondureño residente de la zona, manifestó que los pobladores de Nueva Esperanza y La Campa tienen la opción de llevar agua de Celaque, pero eso, se volvía complicado puesto que, las demás comunidades no les dan permiso.
«Ya tienen los sitios y nacientes donde ellos están establecidos y nadie va a querer que les lleven su agua», explicó.
La deforestación ilegal ya alcanzó cuatro manzanas de terreno y el caos comienza a vivirse en la zona. El hondureño sostuvo que hay comunidades que pasan de 3 a 4 meses sin agua, cuando son marcados los veranos, y por el contrario, en invierno llueve mucho.
Eso hace que los habitantes pierdan sus cultivos. Sin embargo, pese a todo el problema y la amenaza que tienen estas comunidades, sigue sin haber una solución contundente. Lo que más temen las personas es que la deforestación continúe y se pierda la montaña.
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