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viernes, noviembre 22, 2024

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TEGUCIGALPA, HONDURAS. Miles de familias siguen sin un hogar luego de que Eta e Iota las dejaran sin nada en el Valle de Sula. En estas, hay niños y niñas, como por ejemplo, Marina Rodríguez, la pequeña con un gran corazón y una gran sonrisa dibujada en su rostro.

Marina tiene malformaciones congénitas, pero eso no es ningún obstáculo y ya lo demostró en días atrás a través de un video, donde se puede ver a esta pequeña entregar comida y víveres a personas que perdieron todo a causa de los dos fenómenos naturales que azotaron a Honduras.

La noble niña ahora cuenta que sueña con seguir estudiando y graduarse de médico. Ella en la actualidad cursa el quinto grado de primaria. «Quiero ser doctora porque quiero ayudar a las demás personas«, dijo la alegre niña.

Cabe mencionar que Marina vive en una improvisada choza levantada con palos y techo de nylon en el bulevar del Este de San Pedro Sula, puesto que Eta la dejó sin su casa.

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Sin limitantes

Ella no tiene sus brazos y tiene malformación en sus piernas, pero eso no es una limitante para la pequeña Marina. Ella empuja una carretilla, en la que lleva agua y comida para sus vecinos que también quedaron en la calle.

Además, Marina contó que quiere ser doctora y ayudar a su familia, una casa y una cama para dormir tranquilos. Sin duda, esta pequeña tiene un gran corazón. La niña reveló que perdió sus muñecas, pues las tenía en un gavetero de madera donde guardaba su ropa y un pequeño televisor que le habían regalado. Sin embargo, Eta se lo llevó.

«Ya no quiero vivir acá (en la choza de nylon) pero con esta situación perdí todo y, aunque nosotros no queramos, tenemos que estar aquí», dijo la pequeña. Al mismo tiempo, detalló que ha llorado por todo, pero más le dolió perder su vivienda.

Días atrás, se viralizó un video, donde se ve a Marina junto a su familia, compartiendo comida y agua a un grupo de personas. Marina es un ejemplo, pues para ella, el no tener manos no le impide servir a otros.

El video que circula en redes sociales, muestra cuando Marina toma una bolsa de agua , para entregársela a un niño que hace fila esperando un plato de comida.

La pequeña pasa pendiente de que nadie se quede sin comer, le pregunta a alguien en la fila: «¿a usted ya le dieron?», y rápidamente le indica a su mamá que alguien falta por entregarle los alimentos.


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