SANTA BÁRBARA, HONDURAS. Hace más de un año que los niños y jóvenes hondureños no asisten presencialmente a las aulas de clases por la pandemia de la covid-19.
Hasta ahora, todo ha cambiado y los estudiantes reciben el pan del saber de forma virtual, afrontando muchas dificultades en la impartición de las asignaturas y la tecnología.
Sin embargo, se debe resaltar el esfuerzo que muchos maestros a nivel nacional hacen por sus alumnos, a pesar de la situación.
Ese es el caso del profesor Luis Alcides Fernández Rivera, quien compartió a Tiempo Digital su historia y original método para dar clases a los pequeños.
Fernández es maestro del quinto grado del Centro Básico Dolores Sabillón, de la comunidad Guacamaya, municipio de Gualala, departamento de Santa Bárbara.
«A raíz del covid-19, el año pasado, yo llevaba cuarto grado y empezamos a trabajar con ellos enviando tareas. Pusimos un buzón para que depositaran sus tareítas en el portón de la entrada de nuestra casa», contó.
Clases en su hogar
El maestro Luis, agregó que los niños por no obtener una explicación de los temas, no sabían qué hacer. Entonces, Fernández dijo que como maestro preocupado por la niñez, implementó que sus alumnos visitaran su casa por equipos de trabajo.
«Tengo 26 niños matriculados en el quinto grado. A partir del lunes a las 7 de la mañana viene el primer equipo y sale a las 9:30. El segundo equipo entra a las 10 y sale a las 12:30 del mediodía. El día martes vienen los otros para completar la jornada. Luego, se van para su casita a trabajar con lo que ya vieron», explicó.
Seguidamente, comentó que los infantes llevan sus tareas para sus casas, luego de la explicación que les da. «No es lo mismo para mi enviar tareas solo así, para que los niños trabajen en la casa, porque ni aún los padres de familia saben qué hacer», agregó.
Compromiso
Luego dijo que visitó a los padres de familia e hicieron unos compromisos para atender a los niños desde su hogar, y de parte de ellos no hubo ningún problema, porque le decían que no tenían capacidad para comprar internet, mucho menos teléfonos inteligentes.
«Eso me puso a analizar y me ha dado la potestad de atenderles. Para mí no hay como la explicación de un maestro frente a sus alumnos. Los padres estuvieron de acuerdo con la estrategia que les presenté y se comprometieron a enviarme los niños», sostuvo.
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Equipo de bioseguridad y meriendas
Por otra parte, aclaró que si un niño llega a salir positivo por COVID-19, automáticamente deja de asistir a sus clases para salvaguardar la vida de él y los demás.
«Todos vienen con las medidas de bioseguridad, como mascarilla y gel. Quien no las trae, aquí tenemos para obsequiarle», apuntó.
El maestro Luis Alcides cuenta que tiene una familia muy unida, tanto así que su esposa les cocina a los niños merienda, para que no reciban sus clases con el estómago vacío.
También, añadió que un hijo, abogado en España, le colabora para que salga adelante con los niños. Todo sale del bolsillo de él y de su familia, sostuvo.
«Los niños están felices, contentos, porque dicen que, con lo que se hacía anteriormente, ellos y los padres no sabían qué hacer y tienen razón. Quién va hacer algo que no se le ha enseñado. Los padres también están contentos, porque se les está atendiendo a los niños», enfatizó.
Exige vacuna contra la covid-19
De igual forma, recomendó a quien tenga la posibilidad de tener espacio para atender a los alumnos, que lo haga. Dijo que no se puede dejar en el abandono a los estudiantes.
Por último, exigió a las autoridades de la Secretaría de Educación que se preocupen por la vacunación masiva de niños y maestros a nivel nacional, para que así puedan asistir permanentemente a las escuelas.
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